Sus cabellos ondeaban al viento, mientras, ella danzaba dando las últimas pinceladas al atardecer. La mañana dejó tras de sí, una estela luminosa, que desvaneció la bruma de las primeras horas del día.
Ahora, ella llenaba de colores: naranjas, lilas y ocres la bóveda de los cielos.
De pronto una tormenta de nubes negras, trueno y relámpagos prorrumpe en el horizonte; acercándose peligrosamente a gran velocidad hasta ella. De éstas una mano fantasmal emerge. Y cual daga filosa, penetra desgarrando su interior.
Podía sentir sus dedos como agujas, clavándose en su corazón; Infectado así, todo dentro de ella.
La oscuridad se extendía sin ser un virus mortal, cubriéndolo todo. Podía sentir como profanaba cada centímetro de claridad; sin dejar inmáculo ningún templo de luz a su paso.
Ya sin fuerzas suficientes para resistir; decide abandonarse, a la más intensa negrura; solo para descubrir un naciente fulgor que pujaba por nacer, haciéndose cada vez más y más intenso. Para con su voraz resplandor, engullir toda la oscuridad. Vislumbrando otra vez, los destellos de un nuevo amanecer.
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Retazos (relatos y micro-relatos)
De TodoPorque no hay nada mejor para ignorar la realidad; que perderse en el mundo de la imaginación. Pero no hay nada más peligroso en la vida, que dar rienda suelta a tu imaginación. Para cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde para volver; sin cont...