Capítulo 7

22 4 0
                                    


*****Verónica*****

Los miércoles a la mañana eran especiales. Todo en mí se disponía para llegar un poco más hondo en esa búsqueda interminable de respuestas. Cada sesión de mi terapia me dejaba la sensación de estar a punto de descubrir algo increíble en la siguiente. Esas charlas con Sergio se habían vuelto una especie de antídoto a tanta angustia. Era verdad. Había algo de sanador en esas palabras que salían sin siquiera meditarlas. Siempre llegaba a mi sesión con la idea de hablar de una cosa, y terminaba hablando de cualquier otra. No se cómo las conversaciones con un extraño habían llegado a formar parte de lo más íntimo de mí, pero así fue. Sergio era como un espejo que se desplegaba frente a mí mostrándome todo aquello que me negaba a ver de mí misma.

Ese miércoles llegué puntual. Me senté en sala de espera y observé cuántos, como yo, estaban ahí buscando respuestas. Me entretenía imaginando la vida de cada uno de los pacientes en sala de espera. Una mujer caminaba casi arrastrando sus pies con cada paso. Depresiva. La imaginaba con la casa llena de gatos y vacía de gente. Un hombre de avanzada edad se sentó a mi lado, nervioso. Miraba su reloj y movía constantemente la cabeza, parecía no saber muy bien qué hacía en ese lugar. En la sala de espera de una terapia psicológica a todos nos da un poco esa sensación de no saber muy bien qué estamos haciendo en ese lugar, o cómo llegamos ahí, o por qué volvemos, o hasta cuándo. Preguntas. La gente que va a terapia se enreda entre preguntas. Como yo.

El tipo a mi lado parecía totalmente desorientado. Y comprobé que así era cuando me habló:

-Disculpame, ¿acá atiende el doctor Brodsky?

-Sí, Sergio Brodsky, el psicólogo. También vengo con él.

-¿Y es bueno?

-Depende de qué estés buscando, supongo. A mí me hace bien venir con él. Igual nunca fui a otro terapeuta, así que no tengo con quién comparar, pero tampoco he querido ir con otro desde que empecé con él.

-Y vos, ¿venís hace mucho?

-Un año más o menos.

-¿Y todavía no te curaste?

-Yo todavía estoy buscando el problema, supongo que de ahí a encontrarlo y de ahí a curarlo, me falta bastante.

-Ah entonces esto es muy lento. Yo hoy voy a empezar. A mí se me murió mi señora el mes pasado, y me recomendaron que empezara con él para recuperarme, estar mejor. No sé si esto va a servir.

-Sí, Sergio es un excelente profesional. Vas a estar bien, vas a ver.

-Eso espero. No puedo seguir así, por eso vine.

No quise involucrarme con el tipo. Pero creo que ese día tuve que haberle explicado que estaba en el lugar equivocado. Sergio era psicoanalista, y las terapias psicoanalíticas siempre son largas. No es un enfoque tan práctico como el que ofrecen otras corrientes, como el conductual o cognitivista. El psicoanálisis da vueltas alrededor del síntoma buscando una palabra que actúe como puerta para llegar a otra que es a su vez otra puerta que lleva a otra que a su vez es otra puerta y así va la terapia. Haciendo todos los rodeos propios del inconsciente, peleando por evidenciar todo aquello que en nuestra conciencia no queremos asumir. La parte más característica del psicoanálisis es el silencio del terapeuta. Siempre calla. A veces aun queriendo hablar, aclarar, o explicar, no puede. Necesita callar como parte de ese proceso en el que uno solo va encontrando las palabras, las respuestas. Este pobre hombre había perdido a su esposa, estaba pasando por un duelo natural, ¿qué iba a encontrar en sus traumas más reprimidos de la infancia? No tenía nada que ver una cosa con la otra. Le hubiera dicho que visitara a otro tipo de profesional. Le hubiera dicho que mejor ni fuera a un psicólogo, pero no lo hice. No sé por qué. Solo miré sus manos durando un largo rato. Todo su desconcierto. La vida le había quitado quizás a la persona más importante de su vida, y nada podía cambiar eso. No había palabras pronunciadas que pudieran cambiar eso. No había manera de volver atrás. Y ahí estaba, queriendo rearmar su realidad. Como yo. Sin saber muy bien cuál era el paso que debía dar, para dónde ir. Todos ahí adentro no teníamos ni la más mínima idea de a dónde ir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 05, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Eterna Contradicción #CNWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora