¿Dónde Estoy?

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"Escucho la voz de varias personas discutiendo, y un aparato que suelta un sonido muy agudo, una mujer llorando, aclamando el nombre de Samara, pero no veo nada, estamos todos en una misma habitación pero ¿Por qué todos discuten?, ¿Será por mi?, no me hagan esto por favor, ¡Basta!"

Unos ojos miel se abren con rapidez y desesperación. La joven de tez pálida, agarra una bocanada de aire y se levanta con precaución observando su lado derecho de la camilla y una voz la interrumpe de su trance.

— ¿¡Morgan!?, ¿¡Estas bien!?. Por dios... Creí que no ibas a despertar... — La abrazó y la chica se quedó impresionada por la belleza del joven azabache, ojos azules, cuerpo esbelto, cara detallada y una mirada sensual.

— Por las barbas de merlín... me saque la lotería — No sabía ni quien diantres era ese apuesto muchacho, se dio una pista en la forma en la que la llamó, y de manera infantil preguntó curiosa — ¿Me podrías decir quién eres joven?.

— ... Estas de broma, ¿Cierto?.
El muchacho petrificado la fue soltando levemente hasta mirarla de frente — Morgana dime que es una broma.

— Lo siento amigo. Te seré directa, ¿Dónde Estoy? — Los ojos de la chica lo miraron fijamente, con una cara algo expresiva, el azabache entrecerró los ojos y notó algo extraño en Morgana.

— Por dios... Entonces no sabes quién soy yo ni nada ¿verdad?...

— No.

— ¿Es una broma?...

— No.

— ¿No recuerdas a Tara ni a Arlin?

— No, pero el buen hombre que me ayudo, mencionó que mi familia esperaba por mí, ¿serás tú? Por cierto ¿Dónde está? Necesito decirle que estoy demasiado agradecida con él — La chica sonrío observando su alrededor.

— ¿Qué diablos te pasó Morgana? — El joven estaba pálido, sus labios casi azules, temblaba y su mirada estaba muy agobiada. Se desvaneció,  Morgana lo atrapó — Vamos tranquilo... nada malo me pasó, sea como te llames — Le tocó la frente y lo acomodó a un lado de ella.
Se quitó el suero y las vendas que traía, pues ya se había sanado, después miró al muchacho, soltando una risilla traviesa.

— Vaya que me saqué el premio mayor... Eres muy sexy — Susurró y justo cuando guardo silencio llegó el doctor y exclamó.

— Pero que has hecho, no te puedes quitar aún nada, debes de estar en reposo durante un mes mínimo.

— Ah, pero si ya estoy bien. ¿Cuál es el problema? — El doctor rápidamente se acercó y comenzó a cerciorarse de lo que decía Morgana era verdad y se quedó boquiabierto.

— ¿Cómo?...

— ¿Uh?...

— No... No, ¿Cómo es posible? — El doctor ignoró al muchacho tumbado en la camilla y se fue rápido de la habitación.

— ¿Ahora cuál es problema?, Vaya todos se preocupan por cosas sin sentido, ¿Qué a nadie le importan mis sentimientos?, Nadie me responde, en donde estoy...

—Estás en Dublín, Irlanda.

—¿Eh?... Quién fue la persona tan amable en responderme — Con una sonrisa muy enérgica se dirige aún lado de la cortina que divide la habitación.

—Eres la famosa Morgana, te vi en las noticias — Exclamó una anciana, sus ojos le brillaban de tanto año vivido, a su vez de que al fin alguien hablaba con ella, sin que fuese un médico.

— Vaya... es un nombre muy peculiar, ¿cierto?.

— Sí, el nombre de la hermana del rey Arturo. Una historia muy famosa.

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