La conquista del Hada

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Estaba saliendo el sol, eran las seis en punto y Arlin despertó, el pequeño no encontró a su mamá y bajó las escaleras para buscarla pero no la encontró y se metió a la habitación de Damon.
— Papá, Mami no está.
— ¿Hmn? — Contestó somnoliento.
— Mami no está — Repitió un tanto asustado.
— ¿Cómo que no está? — El chico se quedó pensando y recordó lo que había dicho anoche, lo cual lo hizo despertar y levantarse rápidamente de la cama, comenzó a buscarla por el patio, y vio el orden y lo bello que había quedado y sonrió.
— Gracias Jane...
— Papi por que le agradeces a nani.
— Porque ella nos ayudó con el patio, es de esperarse de la gente buena.
— Pero Jane odia la jardinería, nos lo dijo cuándo nos llevó a Tara y a mí a comprar plantas para su madre.
— La gente cambia Arlin.
— ¿Así como mami?.
— Eh... Bueno quizá... Ella es un tanto extraña.
— Hmn a mí me agrada mi nueva mami, pero Tara no la quiere ni ver, hay que encontrarla, quizá este triste, es cuestión de tiempo.
— Eres demasiado pequeño para hablar así.
— No existe nada grande ni pequeño — Dijo el niño comenzando a buscarla, Damon alzó la ceja, estaba sorprendido de la manera en la que el niño hablaba, él nunca decía mucho desde que nació, pero desde el accidente el pequeño decía más oraciones de lo normal al menos estando presente Morgana.
Tendré que pedirle ayuda a Jane, está muy frío, dijeron que iba llover hoy — Se dijo así mismo pero, recordó que Morgana le había dicho que fuera muy feliz con ella, sintió un hueco en el pecho y decidió no llamarla.
El azabache se puso la camisa y tomó las llaves del auto y comenzó a buscarla.
— ¿Dónde podrá estar?, Maldita sea... Por qué siempre tienes que meterte en problemas, siempre me lo dejas difícil... — Hablaba solo y se detuvo a preguntar y nadie la había visto, el joven se quedó pensando y recordó que había dejado solos a los niños y se regresó.
— Mierda... ¿Cómo puedo ser tan torpe por ella?, Jane quizá tenga razón...

El joven llegó y vio que Jane estaba dentro, Tara hablaba con ella, Damon interrumpió.
— ¿Jane? ¿Qué haces aquí?.
— Oh Damon, Tara me habló por que Arlin le dijo que estaban solos. ¿Por qué?. Arlin no quiere hablar como siempre.
— Hm... Morgana desapareció.
— Ya veo — Jane miró a Arlin y añadió — No te preocupes corazón, encontraremos a tu linda mami.
— Jane por favor Basta — Dijo el muchacho fatigado.
— ¿Basta?. Ok. Ahora me dices eso, pero ayer no me dijiste eso ¿cierto?.
— Adultos... ya denos de comer tenemos hambre — Exclamó Tara cruzándose de brazos.
— Ya les haré de comer — Dijo Jane, Damon salió y subió al Auto.
— ¡Mierda!.

*   *   *

Morgana se encontraba en la playa paseando admiraba lo que veía, se encontró unos hippies la cual la invitaron a unirse a su fogata ya consumida, puesto que había estado encendida toda la noche.
— ¿Quiénes son ustedes? — Preguntó sorprendida.
— ¿Nosotros? Oh... hermana, somos unos amigos viajando por el mundo — Dijo uno de los hippies, que parecía ser el líder.
— ¡Genial!, Se ve emocionante, ¿Me puedo unir?
— Claro hermana, yo soy Shain, él es Dan, Billy, Rosalía y... ¿Quién eres tú?.
— Bueno soy una esposa con problemas en el matrimonio. Mi nombre es Morgana.
— ¡Genial!, Hechicera del mal, como en la leyenda del rey Arturo.
— Que extraño, mi ángel custodio, me dijo que significaba Hada del mar, pero se podría decir también la que viene del mar.
— Que suave... ¿ángel custodio?, Escucharon eso hermanos...
— Sí, cuéntanos de él — Dijo Rosalía.
— ¿Qué es un ángel custodio? —Preguntó Dan, mientras que Billy observaba con atención.
— Bueno todos tenemos uno, es el que nos cuida y hace lo posible para que no perdamos el juicio, aconseja y te salva la vida cuando lo necesites. A veces están en su forma normal y otras en forma de esfera, si no hablas con el, tu ángel de la guarda será una esfera muy diminuta pero ahí estará para ti, un poco débil, y más propenso a tener accidentes. Cuando hacen algo en grande necesitan de tu invocación para tener más poder... es hermoso.
— ¡Que suave!, Vamos a danzar te parece — Exclamó Rosalía jalándola de la mano, mientras que Billy sacaba un pandero y Shain la guitarra, Rosalía y Dan comenzaron a girar y brincar locamente alrededor de la fogata ya consumida.
— ¡Que divertido! — Exclamó Morgana siguiendo el ritmo de los instrumentos, brincaban y danzaban de una manera que no tenía orden.
— ¡Sientan el amor mis chavos!, Sigan bailando para que el mar se ponga feliz... — Dijo Billy riéndose, al parecer estaba bajo los efectos de la Marihuana, lo que le ocasionaba mucha risa.
— ¡Sí! Dancemos para el mar — Exclamó Morgana.
— Vaya, traes toda la actitud, Dan, saca la gaita, vamos a bailar al estilo
escoces — Dijo Rosalía a lo cual Dan fue por la gaita a la vagoneta y la comenzó a tocar, todos bailaron al ritmo de los tres instrumentos.

Wake UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora