El castigo.

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Aún en casa, satisfecho, estaba reuniendo los cuatro cuerpos para tirarlos al sótano, estaba más feliz que nunca, logré la obra maestra de la juventud con mi propia familia. Me pareció que alguien espiaba, escuché un ruido, pero sólo era mi mente jugando una broma pesada. Estaba feliz pero, me sentía acorralado y perseguido, el temor de ser visto creció, si pasaba, me expulsarían para siempre y ese no era mi propósito, yo sólo quería hacer arte con el material que disponía y seguir siendo un estudiante de asesino común. Terminó el día, comí de lo poco que había en el refrigerador, fui a mi cuarto y con mucho esfuerzo limpié la sangre del suelo, me tomó dos horas, fui a la cama, seguía otro grandioso día en la academia.

En la mañana haciendo lo de rutina, salí para la escuela, sobreviviendo al subterráneo llegué tarde y fui al salón A-315 pero, no encontré a nadie ¿por primera vez no tendríamos clase? Escuché en el fono del pasillo como un compañero me llamaba, me acerqué a él y pregunté:

-¿Por qué no hay personas en el aula, no hay clases hoy?

-No, nada de eso, todos vinimos como normalmente lo hacemos pero, antes de comenzar, Lumber dijo que debíamos estar todos en el auditorio principal lo antes posible.

-¿Con que motivo?

-Un juicio, alguien rompió las reglas

-¿Un juicio?

-Sí, precisamente trata de ti, ayer alguien vio como tomabas la vida de tus abuelos y padres.

-¿No será una confusión?

-No, absolutamente no, tiene pruebas en video.

-¡Esto no puede ser!, gracias amigo.

El ser visto pasó de ser temor a realidad, esa supuesta jugarreta de mi mente, era algo físico y real, todo se había desmoronado para mí.

Cuando ingresé al auditorio se oyó un atemorizante silencio, era yo el juzgado; estaban todas las personas de la academia, los de pintura, escultura... y asesinato, todos observando fijamente como si fuesen a matarme. Había dos mesas, en una estaba Lumber como abogado junto con la persona que me descubrió, y en la otra, había espacio para sentarme al lado de mi defensor .En otra mesa al frente, estaba el director del colegio, sería él quien me declararía. Sentándome, el juez tomó la palabra, diciendo:

-Desafortunadamente uno de nuestros estudiantes rompió las reglas de la academia, el día de ayer, éste cobró la vida en un principio de sus abuelos y unas horas después, la de sus padres y próximo hermano. Es un infortunio, nunca habíamos llegado a estos extremos, pero los sucesos lo ameritan. Así pues sin más preámbulo, iniciemos.

Este no era un estrado ordenado, todo se hacía de una forma más informal. Así, después de la palabra inicial Lumber se dispuso a hablar, diciendo:

-Desde los primeros días, fueron dictadas las reglas y cada día eran recordadas en un cartel clavado en la pared, entonces ¿Por qué lo hizo, señor Lumber? Si incluso sabía usted que por esto sería expulsado. Luego de decir eso, sin dejarme hablar, el ayudante puso la cinta donde aparecía estaba yo asesinando a mi familia.

Cuando estaba corriendo el video, pasó algo que no esperaba, todas las personas, disfrutaban de lo que veían, incluso Lumber; era algo sorprendente, ya me miraban de otro modo, pasé de ser visto con odio, a ser admirado. Ese video era muy digno para la academia, le daría el prestigio deseado por todos. Los que en contra mía estaban, se pusieron de mi lado. Finalizando el video mi defensor tomó la palabra diciendo:

-Esa demostración que acabamos de ver, no la hace cualquiera, eso, sólo lo hace una persona tan bien instruida, como uno de los estudiantes de esta academia, considero que debería ser perdonado, el prestigio que esto dará no se puede lograr con nada más.

Yo sin mencionar nada, tenía ya todo a mi favor, sólo faltaba escuchar lo que tenía el juez por decir. Entonces, habló:

-Estoy de acuerdo con las palabras de este hombre, lo que acabamos de presenciar en esa cinta, es el verdadero arte, lo que hemos estado buscando por mucho tiempo; la forma en que aquel joven toma la vida de su familia es incluso demasiado digna para esta academia, entonces, por que habríamos de expulsar tal talento, lo que hizo fue tan perfecto que todo los cargos serán retirados y podrá seguir aquí, como lo ha hecho en todos estos años.

-¡Muchas gracias!-dije, emocionado-

Todas las personas presentes me dirigieron su aplausos, algunos sus lágrimas y otros como Lumber, su sonrisa. Ser descubierto fue lo mejor que pudo pasar, le debía todo a mi familia y a aquel hombre que me denunció. El juez, el hombre de la cinta, los ayudantes, el público y el defensor se retiraron del lugar y quedé solo con Lumber, me miraba de una forma diferente, en su mirada lograba ver que ya no me odiaba.

-Esto ha sido lo más perfecto que he visto en toda mi vida, no lo esperaba de un joven y mucho menos de ti.

-Gracias señor, me hacer sentir honrado con sus palabras.

-No hay de que, sólo sigue haciendo las cosas así y serás el mejor de todos, no fue un error lo que te dije el primer día, de verdad esto es lo que eres.

-Juro que lo haré, primero lo debo superar a usted.

-Ya lo hiciste-dijo, retirándose-.

Al salir me estaban esperando Kórek y su padre, dijeron sentirse felices de ser mis amigos. Me preguntaron si quería vivir con ellos, ya que mis padres no estaban para comprar la comida y ayudarme. La idea me agradó demasiado, tendría una nueva familia, un nuevo hermano y un nuevo padre que se interesaban por lo mismo que yo. Respondí que sí, viviría con ellos, pero sólo si lo hacíamos en mi casa que era un lugar mucho más grande, donde estaríamos todos más cómodos. Aceptando, se mudaron esa misma tarde, llegó mi nueva familia a casa. Después de poner todo en su lugar y limpiar cada esquina, Kórek se quedó con la habitación de los huéspedes donde dormían mis abuelos, y su padre, que ahora era nuestro padre, se quedó en la habitación más grande, la de los líderes de la antigua familia.

El arte de asesinarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora