Me desperté por un gran estruendo de la puerta de entrada, bostece y me desperece haciendo que todos mis músculos se tensaran de repente y luego se relajaran.
Mire el reloj que colgaba de mi pared de mi habitación eran las 8:13 am...... ¡Mierda 8:13 am!¡Mi despertador no había sonado!Tenia que entrar a las 8:00 am al instituto.
Me pare rápidamente, poniéndome el uniforme lo mas rápido que pude. No entendía por que no me había sonado, si yo la había configurado como todas las noches antes de dormir. Corrí a asearme y me ate el pelo en una colita, agarre mis libros, sin olvidar los anteojos y salí de mi casa hecha una loca. En estos momentos odiaba no tener un reloj de muñeca, para ver si estaba llegando demasiado tarde.
Corrí por las calles intentando apresurarme pero era algo difícil con tantos libros en la mochila que colgaba de mi hombro derecho y 2 que tenía en mis manos.
Cuando ya estaba en la puerta del instituto entre al aula lo mas rápido que pude, ¡diablos! Era le profesor de matemática, ya me la tenía jurada, no me iba bien en la materia así que mis notas no me salvarían de esta.
Dejó de escribir ecuaciones en la pizarra para mirarme debajo de esos anteojos grandes y cuadrados, era un hombre de unos 50 años, demasiado flaco, pelo canoso peinado para atrás.
-Señorita Elizabeth, llega nuevamente tarde – dijo negando con la cabeza.
-Lo lamento.. pero mi despertador no sonó, no se que paso..... – dije algo nerviosa, sentía la mirada de todos los de la clase en mi. Nunca me habían llamado la atención en el colegio. Había perdido la costumbre.
-Vaya a la oficina del director – Dijo para dirigirme una mirada despectiva y volver a escribir en la pizarra, salí del aula y suspire molesta.
Camine hacia donde debería ser la oficina del director. Jalé la puerta y había una mujer de unos 46 años un poco subidita de peso, tecleando unos documentos muy concentrada en la computadora. Me miro por arriba de los delicados anteojos apenas apoyados en su puntiaguda nariz.
-Si,¿que necesita – dijo dejando de teclear.
-Me llamaron la atención por llegar tarde – dije como una niña buena.
-Toma asiento – dijo para luego seguir escribiendo, no me había percatado que en los asientos había una persona familiar, sentado con los brazos cruzados y cara seria parecía centrado en sus pensamientos, luego de unos minutos se percato de mi presencia y una sonrisa burlona apareció en su rostro.
Maldecía al no haber otro asiento mas lejos de él. Me senté en el sillón a esperar, bajo su fija mirada.
-Cariño ¿que haces aquí? Este es un lugar.. es para chicos malos – dijo burlón y en un susurro.
-No me digas cariño, no te equivoques conmigo Styles – dije sin mirarlo, me dispuse a leer uno de mis libros que sostenía en mi mano, ni siquiera mire lo que estaba leyendo solo era una excusa para no tener que hablarle. Una risita salió de sus labios.
-¿Por que estas aquí? Acaso.. ¿te gritaron por prestar tanta atención en clase? –dijo divertido.
- O no.. por ahí por que te van a subir de año – dijo riendo, se acerco a mi oído, yo solo hacia que leía.
- Aunque eso me gustaría.. así podríamos compartir clase. No me molestaría que seas mi tutora.
La puerta de la oficina del director se abrió.
- Por cierto tienes el libro al revés cariño – dijo para luego pararse, un hombre corpulento y de pelo negro azabache salió. Y lo vio incrédulo.
-¿Otra vez tu Styles? .. siento que te veo más que tus propios profesores – dijo, Harry rió.
- Es que ya nos estamos tomando cariño – dijo burlón, el hombre revoleo sus ojos y lo dejo pasar, para luego cerrar la puerta.
Diablos.. ¿enserio? ¿el libro al revés? quede como una estúpida.
Suspire molesta cerrando el libro con molestia.
