Bitácora: Día 28 - El desierto de mi corazón

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Aunque la lluvia cese, uno no debe dejar de lado los pensamientos melancólicos.

Bitácora del Navegante

La lluvia de cristales terminó al amanecer. Solo en ese momento logramos ver dónde estábamos. Mis heridas ahora comienzan cicatrización, pero aún me duele moverme.

Salimos de nuestro escondite: 

La playa se parecía mas a un desierto. Las aguas eran cristalinas y calmas, casi como un lago. La corriente nos trajo a un lugar lleno de sequía, donde la lluvia era destructiva, y no crecía vida alguna.

- ¿Crees que ayunaremos mucho tiempo, Abses?

- No lo se, Alpau, pero por lo que veo no tenemos otra opción. Hay que buscar materiales para reparar la balsa y tenemos comida para 3 días que podríamos hacer durar hasta 8.

- Intentemos estar bastante tiempo sin comer, hasta que sea necesario. Además, el agua que hay en la orilla, al parecer es potable.

Recogimos provisiones, y un par de trozos de madera de la balsa para cubrirnos de los proyectiles de cristal de una posible próxima lluvia, y partimos hacia el desierto.

"A veces abstenerse de algo es la mejor opción para evitar la tristeza. Está bien ser arriesgado, pero no se debe perder la cordura"

Abses Tani: Amante EspacialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora