Let it be. // z.m

Capítulo 3.

-¡Zayn! ¡Zayn! -dijo Safaa mientras corría hacia mí.

-¿Que quieres pequeñaja? -le dije mientras la subía a mis brazos y le daba un beso en la mejilla.

-Peter no me deja jugar a la xbox. -reprochó.

-Bueno, pues juguemos tú y yo a otra cosa, ¿si? -le sonreí.

-Venga, pues juguemos a las madres, yo soy la mamá, tú serás mi hijo pequeño. -me sonrió y yo suspiré aceptando. -A ver hijo, ya es demasiado tarde, tienes que ir a ducharte, ¡venga al baño! -dijo colocándose tras mía y empujándome para que subiese al baño.

-Safaa, ¿en serio tengo que bañarme de verdad? -le protesté.

-Zayn, yo soy tu madre no reproches más y ¡al baño! -dijo metiéndose en el papel y yo le seguí el juego.

Tras una rato jugando con Safaa, se quedó dormida en el sofá, me levanté de este y fui a la habitación de Peter, mayor que Safaa, pero menor que yo.

-Oye, ¿qué horas son estas de jugar a la xbox? Tienes que apagar ya e irte a dormir. -le reñí.

-¿Vas más al gimnasio? Tienes el torso más marcado eh, Zayn. -me cambiaba de tema.

-Eso a tí no te importa, apaga y vete a dormir ya.

-¡Cómo tendrás a las chicas de tu clase! Locas. -reía.

-Peter ya, vete a dormir. -le desenchufé la consola y lo mandé a dormir.

Tras salir del cuarto de Peter, cogí a Safaa del sofá, la subí a su habitación y la acosté en su cama. Yo subí a la mía y dormí, mi madre aún no había llegado.

A la mañana siguiente me desperté temprano porque tenía que ir al instituto, miré mi móvil y vi un mensaje de Becca.

" Amor, ven a recogerme a mi casa hoy en la moto. "

Estaba harto de Becca, no la quiero, solo era mi lío y nada más. No iba a ir a por ella, porque pasaba de dar más vueltas tontas. Así que esperé a que fuese más tarde para mandarle el mensaje.

"No puedo, me acabo de levantar y además tampoco iba a ir a por tí."

Me vestí, y baje a desayunar y me encontré a mi madre, le di los buenos días y le eché la regañina por dejarme ayer más tiempo del normal con mis hermanos. Cogí la moto y me dirigí al instituto.

-Oye Zayn, ¿y Becca? ¿No la recogiste hoy? - me preguntó Harry nada más llegar.

-Paso de su culo. Bueno, de su culo no. - Reí y Harry también. - Paso de ella.

-Oye chicos, la profesora de educación física propuso ayer irnos de acampada para practicar orientación. - llegó Niall.

-Niall, ¿en serio te interesas por las clases? - dijo Harry encendiéndose un cigarrillo.

-Joder, quiero aprobar, que sea vuestro amigo y me junte con vosotros no quiere decir que yo no me intereso por los estudios. - dijo.

-Pero si educación física es una majada bien grande. - reproché.

-Pues la profesora pretende que vayamos de acampada, todos los cursos de nuestra edad.

Terminé de dar una última calada al cigarrillo, mientras Harry y Niall hablaban de el proyecto de la profesora de educación física. Vi como un BMW volvía a aparcar en el mismo sitio donde estaba mi moto, no aparté la mirada de este. La puerta se abrió y una pierna se posó en el suelo, con calcetines altos dejado al descubierto gran parte de su mulso perfecto, después se bajó aquella chica de largo cabello negro azabache y ojos grises.

Sin duda alguna, era una de las chicas más lindas de todo el instituto. Dirigió su mirada a mí, sus ojos grises se encontraron con los míos, su mirada desprendía odio hacia mí.

Hasta que alguien llegó por su espalda y la abrazó, esto provocó que la morena dejase de mirarme y sonriera. Esta depositó un beso en la mejilla del chico, un beso dulce y cariñoso.

No sabía el nombre del chico, pero sí el de ella.

-¡Eh, Zayn! ¿Qué miras con tanto entusiasmo? - preguntó Niall.

-¿En serio te estás fijando en una pija y su novio? - dijo Harry.

-¡Como creen! - bufé. - Solo me aburría de vuestra conversación y no había nada más importante que mirar.

-Esa chica es una diosa. - dijo Niall.

-¡No exageres, Niall! -dije.

-No lo hace, respecto a físico, es perfecta. - dijo Harry.

Sonó la alarma para entrar a clase, tiré rápidamente el cigarrillo y esto provocó que no siguiesemos con la conversación de April Owens.

Vi como Becca se acercaba a mí, aligeré el paso y maldecí el maldito segundo en el que ardimos de pasión en su cama. No logró alcanzarme, porque entré rápido en clase y ella no iba a la misma clase que yo.