Capítulo 3: La carta y el mapa

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Cassie acababa de aterrizar en Gran Canaria, era de noche, estaba cansada del viaje y deseaba llegar al hotel para descansar ya que al día siguiente tenía previsto visitar el museo, con un poco de suerte igual coincidía con el trabajador que Suly le había dicho.
Fuera del aeropuerto cogió un taxi rumbo a Las Palmas, sólo era unos 20 minutos de trayecto por lo que aprovechó para enviar un mensaje a sus padres comentándoles que ya había llegado y que se encontraba bien, una mezcla entre cansada y emocionada.
Ya en el hotel Cassie se dio una ducha, puso el despertador de su smartphone a las 9:00 AM hora local y cayó redonda en la cama.
Empezó a sonar el despertor, era el sonido del comienzo de su sueño.
Se puso ropa cómoda y llamó un taxi que la alcanzara hasta el museo.
Una vez allí aprovechó para tomarse un café en un bar cercano ya que aún quedaba media hora para abrir el museo, Cassie preguntó a la camarera si conocía a Daniel, el chico del que le habia hablado Suly, ella asintió y le dijo que Daniel solía ir a desayunar a media mañana en ese bar durante su descanso, sobre las 11:00 AM. Cassie pensó que lo mejor sería aprovechar para ver el museo, conocer un poco la historia de las islas y luego volver al bar para coincidir con él.
Después de unas dos horas viendo vasijas, herramientas e historias de los antiguos guanches (así se llamaban los antiguos aborígenes de las islas), Cassie se apresuró a volver al bar, estaba ansiosa, presentía que ese chico la iba a ayudar bastante, así que se sentó en una mesa y le pidió a la camarera si podía decirle al chico cuando llegara que había alguien esperándolo.
Y así fue, a los 10 minutos llegó un chico alto, moreno y flaquito, la camarera se acercó a él y señaló en dirección a Cassie. El chico caminó en dirección a ella, era Daniel.

Daniel: Hola, me comentan que preguntas por mí, ¿te conozco?

Cassie: Hola, siento molestarte pero hace unos días hablaste con un conocido mío y me gustaría hacerte unas preguntas, ¿tienes tiempo?

Daniel: En 20 minutos tengo que volver al trabajo, si me invitas a un café puede que te conteste a alguna pregunta rápida.

- Cassie pidió un café a la camarera y decidió hacer preguntas directas ya qur disponía de poco tiempo. -

Cassie: ¿Sabes algo de la isla de San Borondón? No me refiero a mitos y leyendas, algo más serio, algo que no sepan todos.

Daniel: Ya se quien eres, eres la chica de la que me habló aquél señor, la que estaba obsesionada con la isla. Te puedo decir los mismo que a él, cuando empecé a trabajar de guardia en el museo recuerdo de ver una carta y un mapa, estaba en otra habitación que no está abierta al público, el lugar se investigó y nunca se encontró la isla, a día de hoy no se que ha sido de la carta ya que en esa habitación no se encuentra. Es todo lo que sé, lo siento.

Cassie: ¿Ya está? No puedo haber recorrido tantos kilometros para solo esto, ¿no hay nadie más en el museo que pueda saber algo?

Daniel: Bueno...puedo hablar con el antiguo guardián, ya está jubilado y tal vez pueda arrojarte algo de luz en el asunto, aún tengo su número de teléfono. Si quieres quedamos al terminar mi turno y lo llamamos.

Cassie: Me parece perfecto, gracias por atenderme Daniel, nos vemos luego entonces.

Danirl: Gracias por el café Cassie, hasta después.

Cassie salió del bar y como aún quedaban otras cuatro horas hasta que Daniel terminara su jornada laboral pensó que era un buen momento para hacer turismo por la capital, así se le irían las horas más rápido.
A las 4 en punto esperó delante del musea a Daniel, éste salió con una sonrisa en la boca, le comentó a Cassie que ya había hablado con el antiguo guardián y que estaba dispuesto a recibirla en su casa, eso sí, Daniel se prestó a llevarla y ayudarla en todo lo que hiciera falta, pues tanto hablar de la isla le había entrado curiosidad, ella aceptó ya que no conocía la zona y que alguien le hiciera de guía y chofer a la vez haría que todo fluyera más rápido.
Daniel la invitó a seguirla a su coche donde marcharon rumbo a casa del antiguo guardián, llegaron en unos pocos minutos pues no vivía muy lejos, era un hombre mayor, pelo y barba blanca, con barriguilla y cara de simpático, su nombre era Santiago Sanchez, los invitó a entrar, se sentaron todos en un salón no muy grande y entablaron conversación.

Santiago: Encantado de conocerte Cassie, Daniel ne estubo comentando que tienes curiosidad sobre la isla de San Borondón, pero eso es solo un mito.

Cassie: Lo sé señor, para ya he oído eso antes y pienso que algo de verdad tiene que haber, he venido hasta aquí porque Daniel recuerda ver una carta y mapa de Juan de Abreu Galindo hablando sobre la isla, ¿sabe usted que ha sido de dicha carta?

Santiago: Algo sé, pero dígame, ¿que espera encontrar en la carta? Ya registraron el lugar donde Abreu señaló, y allí solo hay agua.

Cassie: No lo sé, quizás alguna pista, algo que se les escapara a quienes la vieron anteriormente, creame señor, conozco a gente muy buena en encontrar leyendas.

Santiago: Esperen aquí un segundo.

- Santiago se levantó, salió de la habitación y unos minutos volvió con un sobre en la mano -

Santiago: Aquí están, hace muchos años se decidió no exhibirla al público ya que causaría confusión y todos querrían investigar por si mismos, al ver que no había nada en el mar la guardaron en el olvido. El jefe del museo era un buen amigo y le dije si me la vendía, ya que yo aún quería creer que existía.

Cassie: ¿¡ En serio, es la carta !? Por favor, déjeme verla.

Santiago: Haré algo mejor, voy a dejartela, tómatelo como un préstamo, la única condición es que me la devuelvas junto con unas fotos de dicha isla, sé que existe, tiene que existir.

Cassie: Si, si, claro, eso esta hecho. Muchas gracias de verdad, le prometo que volveré.

Unos minutos después Cassie y Daniel se fueron de la casa, Daniel dejó a Cassie en el hotel y quedaron en verse al día siguiente para que ella le dijera si había averiguado algo. Ella subió a su habitacion muy entusiasmada y ansiosa por leer la carta y ver el mapa, para luego llamar a sus padres y ver si había algo en ella que se les escapó a los demás.

Uncharted: Cassie Drake y la isla de San Borondón *Escribiendo*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora