Capitulo 3

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—Jun, despierta—La voz de mi madre logra levantarme.

—Hijo, tienes que ir a clases—Estos días ella ha sido mas comprensiva conmigo, su voz es mas ligera y suave, como cuando era pequeño.

—De acuerdo—Tendí mi cama y fui a darme una ducha rápida. El cuerpo me duele, tal vez había dormido en una mala postura.

Termino de arreglarme y bajo a la sala de estar.

No tenia hambre en lo mas mínimo.

Estos días incluso podría decir que era mas delgado, pero no se puede adelgazar tanto en tres días ¿cierto? Solo exageraba.

—El desayuno esta listo—La voz de mama me hablo desde el comedor.

—No tengo hambre.

—Lo se, por eso lo empaque, pero prométeme que lo comerás mas tarde—Me dice con un gesto de angustia.

—Lo prometo—Le sonrió un poco, sin dejar notar mis dientes, dándole un poco de paz. A cambio recibo un abrazo.

—Te quiero Jun.

—Y yo a ti madre—La aparto brevemente y le doy un beso en la frente. La abrazo nuevamente para luego salir camino al colegio.

Llego algo temprano así que solo me quedo sentado en una banca del patio. No quería ir a mi salón ya que no pasaba desapercibido desde... desde aquello. Todos trataban de ser atentos conmigo, eso era exactamente lo que no quiero.

Me acomodo mejor en la banca. A lo lejos veo a Kwan, lo sigo con la mirada. Con el si me siento cómodo, se que el también la esta pasando mal, después de todo era una persona muy cercana a Channie.

Ambos nos habíamos hecho muy cercanos estos días, los dos nos alejamos de las personas que nos rodeaban.

Como si le hubiera llamado con la mente voltea a verme y viene a mi encuentro.

—Hola—Le dice cuando ya estaba lo suficientemente cerca.

—Hola—Me avienta un poco para que se pueda sentar a mi lado.

—Lloraste de nuevo—Suelto sin mirarlo a la cara.

—No es así—Niega mirando un punto invisible frente a el.

—Tienes los ojos hinchados y tus mejillas mas rojas de lo normal, claro que si—Copio su acción.

—No es que sea el único ¿o me equivoco?—Una comisura de mi labios de levanta dando paso a una pequeña sonrisa.

—Tienes razón —Checo la hora en el celular— Kwan.

—¿Mmh?

—¿Cuanto es tu limite para entrar a clase?

—Solo 15 minutos, ya paso ¿cierto?—Pregunta sin curiosidad alguna.

—Si.

—No es como que lo hubiera planeado, pero no creo que tu quieras ir a la tuya tampoco.

—¿Que deberíamos hacer?

—No lo se, solo admirar esto.

—¿Esto?

—Si, lo que nos rodea. Tal vez y después no podemos—A Kwan realmente le había afectado, no había duda alguna, su entusiasmo habitual se había apagado.

—Entonces vamonos de aquí—Por fin volteo a verme.

—¿A donde iremos?

—Solo caminaremos. No habrá destino, si quieres ir a algún lugar iremos ahí.—Me puse de pie seguido por el.

Amor, tiempo y recuerdos  ➳JuNoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora