Capitulo 13

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Jun sentía una opresión en el pecho, que aumentaba de intensidad con el pasar de los días.

El día se acercaba. Lo tenía anotado en su calendario.

Chan se removió en su cama, por fin había despertado de su largo sueño.

Abrió lentamente los ojos y buscó con la mirada algo en su habitación, no sabía exactamente que buscaba. Sentía que algo le faltaba.

Se levanto perezosamente de la cama y se dispuso a salir de su habitación fascinándose con el delicioso aroma del desayuno proveniente de la cocina.

Su mamá se encontraba con una taza de café perdida en sus pensamientos, al notar la presencia de su hijo sonrió.

—Por fin despiertas dormilón.

El pequeño se limitó a bostezar y estirarse. Había dormido demasiado.

—¿Quieres que te sirva el desayuno?—La Sra.Lee dejo su taza en la mesa comenzando a levantarse.

—No, déjalo, yo lo hago. —Channie sonrió a su madre.

Había demasiada comida, y, por alguna razón Chan se sentía muerto de hambre. Comió todo lo que pudo hasta encontrarse satisfecho.

Su madre se retiró a la mitad del desayuno, debía trabajar.

Chan estaba solo en casa.

Se fue a su habitación con la intención de desfallecer nuevamente en su cama cuando vio una nota sobre su mesa de noche.

¿Cómo no había notado eso antes?

Leyó cada palabra con cuidado, después de todo estaba escrita por la persona que ama. Porqué si, Chan admitía por fin sus sentimientos hacia Jun.

Tomó su celular y marco a su hyung.

—¿Y bien? ¿a qué hora iremos? —Estaba emocionado.

—Chan, lo lamento, hoy no podrá ser.

—¿Qué? ¿por qué no?

—Es que... Bueno, Minghao, tuvo un problema en casa, se quedará conmigo hasta mañana. —El menor sintió un creciente enojo. No odiaba a Minghao, para nada, solo odiaba que ese chico apartara a su hyung de él.

—Ya veo—Intento ocultar su enojo, lo cual no logró.

—No te enojes Channie. Prometo que iremos, pero hoy no podrá ser. ¿Lo entiendes?

—Si, claro... Es solo que... No importa —¿Por qué se comportaba tan infantil?

Chan se sentía como si hubiera sido rechazado. Pronto un foco en la cabeza del menor se encendió.

—¡Ya sé! ¿Y si yo voy a tu casa? Para pasar tiempo los tres.

—¡No! —La repentina respuesta de Jun asustó al menor— quiero decir, no quiero que salgas solo.

—¿Por qué no? —Chan hizo un puchero.

—¿Cómo que por qué? ¡puede sucederte algo! —Jun estaba exagerando y lo sabía, pero ese día estaba sobre ellos y tenía que ser precavido.

Las mejillas de Chan se coloraron.

—De acuerdo, prometo que no iré solo. —Pero Chan no estaba siendo del todo sincero. Sus manos se encontraban detrás de su espalda (aunque Jun no pudiera verlos a través de la llamada) cruzando los dedos. Podía romper su promesa.

—Bien, te llamo en un rato para asegurarme de que no has quemado la casa.

—Muy chistoso. Esperare tú llamada. —Chan dijo lo último cariñosamente —como un novio enamorado—.

Amor, tiempo y recuerdos  ➳JuNoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora