Ella

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Clara siempre decía que no salía de casa si no era para volver a esconderme. Esas palabras me hubieran dolido si no me las hubiera dicho una niña de 8 años.
Normalmente me tenía miedo, pero supongo que algunas veces me llegó a caer bien y yo a ella.
No estabamos juntos mucho tiempo porque era demasiado duro fingir felicidad. Dejaba que Jake la cuidara como se debía.
Cada vez que hablaba con ella me sientía culpable. Sentía que le debía un lo siento, un abrazo o un beso en la mejilla. Pero todo eso no lo podía hacer, no sabía cómo. Se me había olvidado.
Siempre me quedaba solo en mi habitación. No era mi culpa. Fue de aquellas rocas...Era de mi mente. No sabía relacionarme con las personas.
                                 ***
Un día fui con Clara a llevarla al coche, el de Jake. Poco más de una carretera normalmente desierta era lo que teníamos que cruzar. No miré. Solo di un paso y el tiempo se paró poco a poco. Tenía a Clara cogida de la mano. Su mano me fue agarrando más y más fuerte, hasta que un grito de miedo me...Despertó de mi mundo. Un coche venía hacia nosotros a unos 100km/h. Me paré y miré al coche directamente. Clara no paraba de gritar. La cogí rapidamente del abdómen y me tiré a la otra parte de la acera protegiéndola con mi cuerpo. En ese momento me acordé de aquel momento...Rezaba por no romperle una costilla. Cuando caímos ella solo lloraba, y yo también, pero en silencio. La levanté y la metí en el coche. Esta vez si que miré al cruzar de vuelta.
Desde ese momento no salí de casa nunca más, si no era para volver a esconderme. Lo hice para protegerla de mi.

¿Soñando o deseando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora