Capitulo Uno

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-¿Dónde estoy? - murmuré mientras sobaba mi cabeza por un dolor punzante que emanaba de ella. Me incorporé y vi mi vestimenta, un vestido blanco sencillo y no tenía zapatos. Al estar de pie observe mejor el lugar en el que me encontraba, era un bosque con Pinos altos y delgados, había una gran cantidad de hecho por lo que me era imposible ver algo más que árboles.

-Ya es hora Mia...- una voz se escucho mientras el viento soplaba ligeramente.- Despierta!

-¿Quién eres?.- Grite volteando a todos lados, un escalofrío me recorrió la espalda.

-DESPIERTA!- Gritaron mientras el viento soplaba más violentamente. Una pluma salió volando y cayó en mis pies, era blanca con destellos dorados y muy grande. Estaba apunto de recogerla cuando algo me alarmó, su color blanco puro se iba transformando en un negro oscuro.

* 7:00 A.M*

- DESPIERTA MÍA! -Siento una gran sacudida mientras mi brazo toca el piso frío. - Llegaremos tarde!

Oí un portazo y bostece mientras me paraba. Al ver la hora me apresuré a ducharme y ponerme unos jeans con una playera lisa color blanco. Baje descalza, ya que, llegaría tarde y no tendría tiempo de desayunar.

- Hola mamá, ya me voy, te quiero .- Saludo a mi madre entrando a la cocina y tomando una tostada. Al salir le di un beso en la mejilla y fui en busca de mi mejor amigo. Se encontraba recargado en su auto nuevo color rojo, venía vestido con bermudas y una playera negra.

- Tienes el sueño muy pesado! Pero bueno, lista para el primer día? - Dice mientras me abre la puerta del copiloto y quitándome el pedazo de tostada que tenía en la boca.

- Hey! No he desayunado nada! - Digo mientras me siento y me pongo mis converse amarillos. Siento la puerta cerrarse y veo a Matthew pasar por delante del coche. Cuando entra le vuelvo a reclamar.- Me moriré de hambre por tu culpa. Sabes que odio no comer.

- Llegando te compro un café o lo que quieras, necesitamos salir volando de aquí. - Dice mientras arranca y toma una velocidad impresionante. En cinco minutos ya habíamos llegado.- Infierno, dulce Infierno

- Casi muero por tu arranque de velocidad - digo mientras salgo y cierro la puerta. Observo la Preparatoria en la que tomaré mi último año. Es un campus gigante, tienen dos canchas por cada deporte jugado, una piscina y tres bibliotecas.- Whoa, esto está gigante.

Espero a Matthew mientras sale y cuida que nadie le haga un rayón, al entrar veo el pasillo principal, el cual está lleno de estudiantes. Se distinguen drásticamente los grupos que existen, están los populares en una esquina que se diferencian por los uniformes de los deportes, los nerds en un rincón, los músicos que tienen el estuche de su instrumento, entre otros más.

- Esto está genial - escucho a Matthew  decir mientras me guía hasta la oficina del director por nuestros horarios.- Espero que nos toque todo junto, o al menos la mayoría, por qué moriré si no estás.

- Eso es muy difícil Matt - le sonrió de lado mientras miro a los estudiantes vernos y sonreír - Oye  todos nos están viendo... - Susurro y der repente siento un escalofrío. No era un escalofrío normal, era un cosquilleo en mi cuello. Decidí voltear para ver quién lo provocaba y lo volví a ver. Un chico de ojos verdes me veía de arriba para abajo, su cabello ya no era un plateado, ahora era color negro. Pero era el, mi ángel guardián. Paro en seco y me suelto de la mano de Matthew  mientras me acerco al chico. - Te conozco? - le preguntó una vez que estaba enfrente de él.

El chico simplemente me ve y sonríe mientras suelta una pequeña risa. Otro escalofrío me recorrió el cuello al escucharla, era el, estaba segura de que era el.

- No, pero ahora lo harás. - Al decirlo, agua fría empieza a recorrer todo mi cuerpo y un vaso termina en mi cabeza. Al verlo de nuevo, otra risa se le sale. - Bienvenida a Residencial Highschool.

- Que te pasa! - escucho a Matthew gritarle mientras se acerca y me pone detrás suyo. Siento un ligero empujón, ya que el chico lo empujó. Matthew no tardó en reaccionar y le dio un golpe en su mejilla derecha.

- Gran error chico bonito.- otra sonrisa de su parte, pero ahora tenía un toque siniestro. Se tiró encima de Matthew y le dio más golpes. Un círculo de estudiantes se reunieron alrededor de nosotros y empezaron a abuchear o festejar dependiendo de quien creían que ganaría.

- Basta!- Gritó mientras empujó al chico encima de Matthew . Su camisa se levanta y deja ver dos cicatrices. Sus alas. Sus alas ya no estaban y había cicatrices en vez de ellas. - tus alas- Susurro para mí misma pero al parecer el escucho, ya que, su espalda se tensó y dejó de golpear a Matthew. Se paro sin decir nada y se fue.

- Que idiota de tipo. - Matthew dice mientras se levanta y se sacude.- Que ven todos?!- grita espantando a todos los que se reunieron alrededor. - Estas bien?- me pregunta abrazándome.

- Supongo que si, aunque me voy a resfriar. - me encojo de hombros y veo que la oficina del director estaba a unos metros de distancia. - No importa, vamos que llegaremos tarde como siempre.

- No dejaré que te enfermes. - Dice sonriente mientras se quita su sudadera y la pasa por mis hombros dándome calor. - ¿ Mejor?

Asiento y sonrío mientras camino a la oficina del director. Siento aún las miradas de todos en mis espaldas y me apego más a Matthew. Llegando a la oficina la secretaria nos entrega nuestros horarios y se va.

- Acaso todas las secretarias son así? - Matt dice mientras lee su horario. Veo el mío y leo las clases. Salgo de la oficina y suspiro.
- Tengo matemáticas ahorita y tengo que irme ahora. - Miro a Matthew y tomó su horario.- No tenemos clases juntos Matt! Ahora que haremos? - Miro mi reloj, quedaban 5 minutos. Matt hace un sonido entre gruñido de foca y grito de chimpancé. - Eres un zoológico o que onda? Me tengo que ir, nos vemos en receso.

- Que graciosa eres, si está bien. - me da un beso en la mejilla y me dirijo hacia el salón. Al entrar la mayoría de los asientos estaban ocupado, no tuve otra opción más a sentarme en una mesa vacía de atrás. Saque todos mis cuadernos y los acomode en orden.
-Eres una  cerebrito también?- Escucho una voz detrás mía y vuelvo a tener un escalofrío. Lo ignoro y miro hacia enfrente esperando a la maestra. - o vamos ahora me vas a ignorar?

Toma la silla de alado y se sienta, veo de reojo su sonrisa y vuelvo a dejar mi vista enfrente.

- Aléjate de mi, hay muchos lugares para que te sientes aquí. - le digo y la maestra entra al salón. El chico se ríe y se acerca a mi. Su boca termina en mi oído e intentó alejarme pero la pared de a lado no me daba espacio.

- No podría ni aunque quisiera Mía.. - susurra, frunzo el ceño y miro como se levanta y se va. Qué tipo más raro... No puede ser el chico que me salvó de chica, simplemente no puede... O si?
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Hola! 💘

Me alegro que todos los que han llegado hasta acá les guste.

Un comentario me motivo a seguirla, así que si quieren más, pues ustedes ya saben .

* sonríe como el gato de Alicia *

Hasta luego! Besos 😚

Don't Be AfraidWhere stories live. Discover now