Habían pasado dos semanas desde que mi madre tuvo ese accidente mortal. ¿Qué he hecho yo? Nada, solo me he levantado unas cuantas veces para una ducha. Matt se ha quedado conmigo todos los días y me ha hecho de comer, pero aun así, no lo he hecho. En estos momentos estoy acostada aun en la habitación de mi madre. Miraba por la ventana, ya era de noche y Matt se suponía que hacia la cena. Decido levantarme de la cama y salir de la habitación. Mi cabeza dolía de tanto llorar pero no me importaba. Baje a paso lento mientras olía lo que parecía ser unos emparedados. Matt no sabia mucho sobre la cocina, así que, lo único que me ha traidores siempre lo mismo. Llego a la iluminada cocina y lo veo de un lado al otro, sonrío levemente y me acerco.
- Hola...- Susurro levemente, Matt se voltea y me sonríe.
- ¿Cómo te sientes?- Se acerca y abre sus brazos. Camino lo ultimo que faltaba para abrazarnos.
- Lo mejor como puedo estar ahora.- Suspiro y cierro los ojos.- La extraño mucho...
- Es lo mas normal.- Acaricia mi espalda y ríe un poco.- Sabes, soy el mejor amigo del mundo. Te he cocinado todos estos días, te he acompañado y ademas te llevare a Londres.
Me separo un poco cuando lo escucho y lo miro.
- ¿Me llevaras a Londres?- Suspiro un poco.- Hace dos semanas me hubiera encantado ir, pero...- Me recargo en su pecho.- Tengo que solucionar algunas cosas con mi padre. Ahora el tiene mi custodia.
Matthew niega y quita los emparedados de la plancha, me extiende uno pero hago una mueca. No tenia nada de apetito.
- No ha comido casi nada estos días Mía, y ademas, ¿Quieres que te deje aquí sola?- Me vuelve a poner el emparedado enfrente.- Come por favor.
Suspiro y miro el emparedado, lo tomo y le doy unas cuantas mordidas.
- Tengo que arreglarlo, si no, terminare viviendo con el y no nos volveríamos a ver.- Lo miro y el asiente un poco.- ¿Cuándo te vas?
- En dos días, te he traído todos tus apuntes, no preguntes como los conseguí.- Dice y yo sonrío un poco. Se sienta a mi lado y sonríe.- ¿Qué te parecería ir a...?
- ¡Si!- Me levanto sabiendo inmediatamente de que hablaba.- Necesito ir a cambiarme, ya vuelvo.
El asiente y yo me subo muy rápido a mi habitación. Rebusco en mi armario un conjunto de ropa que me permita moverme como yo quiera y me visto. Me pongo unas simples zapatillas y vuelvo a bajar. Matt ya estaba en la puerta con las llaves de su auto en su mano.
- ¿Vamos?- Asiento y lo sigo. Nos subimos y nos dirigimos hacia un edificio el cual tenia oficinas. Pasamos por el edificio donde se supone que vive Eros. Mi vista capta lo que parecían ser un par de sobras peleando. Quería ver mas, pero Matt acelero alejándose de ahi.
Llegamos a las oficinas y el edificio era muy alto. Sonreí y miro a Matt.
- ¿Cómo entraremos?- Nos adentramos al edificio y vamos hacia una puerta con un escáner. Saca una tarjeta de su bolsillo y la pasa por el escáner, a si, abriendo la puerta.- ¿De dónde sacaste esa tarjeta?
- Mi madre consiguió un nuevo trabajo.
- ¿Pero por qué? ¿Tu padre ya no les manda dinero- Frunzo el ceño un poco. Su padre les mandaba dinero cada mes, su madre nunca necesito un trabajo.
- Mi madre solo quiere tener su propio dinero.- simplemente dice eso y entramos al elevador.
Frunzo aun mas el ceño y lo miro unos segundos, se veía muy tranquilo, casi siempre que vamos a sentarnos en el borde de un edificio, esta muy emocionado. Llegamos al penúltimo piso y subimos por las escaleras de servicio, para terminar en la azotea. El aire es mas fuerte aquí y todo estaba muy callado. Sonrío y me acerco al borde, me siento cruzando de piernas. Matt se sienta a mi lado y me abraza.
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Don't Be Afraid
Fantasy¿Alguna vez te has querido lanzar de un precipicio? ¿El terror a las alturas te lo impide? Mía Rodríguez no conoce la palabra temor al estar sentada en la punta más alta de un edificio, su valentía la ha llevado a ver cosas que nunca esper...