Capitulo Cuatro

40 8 8
                                    

- No tengas miedo Mia, yo siempre te protegeré con mi alma.

Eros lo dijo con sinceridad, y el quería que fuera así, enserio esperaba que lo fuera.

_________________

-¿Qué no tenga miedo? Ese chico esta muerto, y me estrangulo sin tocarme Eros.  ¡También te quería matar a ti! ¿Qué hubiera pasado si lo hacia?- dije alterada, tome mi cabeza entre mis manos. Respire agitadamente hasta que sentí las manos de Eros en mis hombros.- ¿Por qué te quería matar?

-Primero que nada, yo no fui siempre un ángel guardián, antes eran un ángel que expulsaba a los Ángeles que hacían delitos. Un día me topé con su hermana, Hailey, ella era un ángel... Ella asesino a varios Ángeles para tener un puesto mayor. Así que la expulse por obvias razones. Su hermano era muy apegado a ella y cuando se enteró lo que hice, me prometió que haría mi vida imposible.

Escuchaba atenta toda la historia. ¿Entonces había más como el? Pero ¿Por qué quería hacerme daño a mi?

- Mi convertí en ángel guardián cuando mi padre me dejó su puesto. Me asignaron a una cuántas personas que rechace hasta que llegaste tú. Cuando te asignaron a mi, yo baje para verte más de cerca, y ese fue un error. Ustedes no deben de vernos, es muy peligroso para nuestra sociedad. Los dioses me castigaron pero ya complete mi castigo.

- ¿Entonces por que el me quería hacer daño?

Le pregunte levantándome del sillón y caminando de un lado al otro. Yo solo era una chica que arriesgaba su vida caminando en los bordes de edificios altos.  ¿Qué tenia que ver yo en todo este lío?

- Mía, entenderás todo con el tiempo. Ahora, si tienes alguna duda sobre mi, pregunta.

- Ahora no puedo pensar, mi cabeza va a explotar.

Después de decir eso, caí de rodillas al suelo. De la nada el dolor se hizo más fuerte y ahogue un grito. Eros se acerco corriendo a mi pero no escuchaba lo que decía. Un chillido junto con un grito de una mujer fue lo último que escuche antes de que todo se volviera negro.

_______

Desperté en un cuarto blanco, pero no era el de un hospital, este tenia varios muebles alrededor. Me senté en el borde de la cama, mi cabeza pesaba demasiado. ¿Qué había pasado? Eros entro a la habitación y cuando me vio sentada, se acerco a mi.

-¿Qué recuerdas?- Sus ojos mostraban preocupación.

- Recuerdo que me empezó a doler la cabeza y antes de desmayarme escuche el grito de una mujer...- Le digo mientras cierro los ojos intentando recordar. Siento escalofríos y me muevo algo incomoda.

Te alteraste demasiado.- Dice con demasiada seguridad. Pensé un poco y me volví a acostar.- Iremos a tu casa por tus cosas ¿vale?

Asentí y Eros se sentó en el borde de la cama. Cierro los ojos un segundo para intentar recapacitar todo lo que había pasado, había visto morir a una persona, como sus alas negras azabache desaparecieron. Me levanto y vuelvo a sentir nauseas, respiro lentamente mientras intento calmarme.

-Ven.- Eros toma mi mano y poner sus dedos en mi frente. Rápidamente el mareo desaparece, en sus ojos los destellos dorados vuelven a aparecer y desaparecer en unos segundos.

-Tus ojos se vuelven dorados... ¿Por qué?-

Le pregunto y el acomoda su chaqueta. Toma mi mano y me saca de su apartamento.

- Por ser un ángel guardián tengo ciertos poderes, si se pueden llamar así.

-Oh...- Digo y llegamos al elevador. Me subo y Eros presiona el botón de planta baja.

Don't Be AfraidWhere stories live. Discover now