No podía seguir así.
Viendo como su amiga se deterioraba poco a poco. Después de que Jason la dejara por su secretaria, _____ había abandonado la vida. No salía, no se divertía, necesitaba un estímulo para animarla, para que se divirtiera, para que se volviera a enamorar.
Y ella sabía el candidato perfecto.
Un mujeriego que necesitaba un escarmiento de una vez por todas.
Encima tenía al “amigo” perfecto para ayudarla.
Todo iba a salir a pedir de boca.
Una sonrisa se asomó a los labios de la rubia.
Luego respiró hondo y se concentró en ponerse triste. Las clases de actuación la habían ayudado mucho, para algo iba a ser actriz.
-_____… -dijo en un susurro entrando en la habitación de su amiga.
La castaña se sobresaltó al ver a su amiga deprimida y llorosa ¿Qué le pasaba?
-¿Qué te pasa, Ever? –preguntó acercándose a su amiga, y abrazándola.
-Es que… es que… -susurró antes de romper a llorar.
-¿Qué, es que, qué? Cuéntame.
-Harry –dijo en un sollozo- me ha… me ha… me ha…
-Oh, dios –gimió la chica pensando lo peor- Ya Ever, tranquila, no vale la pena. Ningún hombre vale la pena.
-Pero… pero…
-Ya Ever –la consoló.
-Es un ******* –gimió- si ya tiene otra tipa, dijo que le gustaba tener muchas y no solo una –lloró.
Un fuego incendiario recorrió el cuerpo de _____. ¿Un mujeriego? Ese tío se merecía lo peor, lo peor, además había echo sufrir a su amiga, a su mejor amiga.
-Pagará –dijo- se le acabarán los ligues… -añadió.
-¿Qué? –preguntó Ever intentando no salir del papel.
-Ever, ya me cansé, ese tipo tiene que pagar… se le van a acabar los ligues, te lo prometo.
-Pero ¿cómo…?
-Ya veré, pero haré cualquier cosa.
-_____ yo…
-Shh, Ever, solo tienes que darme datos, y si no te importa lo haré pagar un poco…
-Yo… -la castaña enarcó una ceja- está bien…
Después de un rato todo estaba listo, _____ sabía lo suficiente sobre aquel hombre que había echo sufrir a su amiga. Ahora solo hacía falta llevar el plan acabo.
«Prepárate Harry Styles, vas a saber lo que es bueno»
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Jugando con fuego
FanfictionCuando Harry Styles abrió la puerta no pudo evitar fijarse en los increíbles ojos, la sensual boca, y el maravilloso cuerpo de su visitante. Tampoco pudo evitar ver... ¡que estaba loca! Su nueva vecina, una excitante castaña, lo acusaba de destrozar...