Capitulo 1

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-Siéntate Jeanna-Me dice la psicologa de la escuela, me siento en un sillón de cuero viejo que olía demasiado, tuve que taparme la nariz disimuladamente ya que sabía perfectamente que ofendería a la psicologa porque era su sillón favorito y era "nuevo". Sacó de una gaveta de su escritorio una libreta y una pluma, anoto algo para luego voltear a verme-¿Estas cómoda?-asentí a su pregunta, ella me dio una sonrisa y siguió escribiendo en su libreta, no me atrevería a decirle que no a esa pregunta ya que ella trataría de acomodarme como si fuera una modelo en una sesión de fotos y eso sería...incomodo. No entiendo porque mi madre piensa que esto es lo mejor para mí, pero siento que es todo lo contrario, cada cita con ella me hace pensar que estoy olvidando algo realmente importante de mi pasado-Orwell, ya te había hecho esta pregunta en las citas pasadas pero lo volveré a repetir. ¿Qué paso hace 9 años?-me estremecí, quería evadir esa pregunta como las otras veces pero esta vez no iba a resultar, se cruza de piernas y me mira directamente convencida de que esta vez me sacaría alguna palabra.

-Vera, yo no lo recuerdo muy bien-Y no mentía, recordaba algo pero sentía que solo eran partes y no sabía si realmente fueron hechos o simplemente un juego que mi mente me estaba haciendo.

-Vamos, mínimo inténtalo, aunque sea algo pequeño solo no olvides dar muchos detalles-Asentí lentamente, ya sabía lo que tenía que hacer, cerrar los ojos y enfocarme en el pasado, puede sonar absurdo pero he logrado recordar algo, pero el recuerdo era borroso. Cerré mis ojos y me recargue en el sillón-Muy bien Jeanna, escucha y vuelve hacia 9 años atrás. ¿Que ves?-.Al tener los ojos cerrados claramente todo estaría oscuro pero poco a poco esa oscuridad fue remplazada por una imagen muy familiar, una niña con cabello pelirrojo amarrado con dos coletas, piel acanelada y unos ojos verdes llenos de vida, ¿creerán que esa hermosa niña era yo? Mentiría si dijera lo contrario, obviamente ella era yo de pequeña, dibujando en el comedor y a la vez desayunando con dos personas muy queridas para mí y mi hermano, que estaba a lado mío quitándome los colores para poder rayar en alguna parte de la hoja donde estaba haciendo mi dibujo. Idiota, pensé, esto era lo común en las mañanas, aunque mi hermano le gustaba arruinarme la existencia desde tiempos inmemorables era perfecto desde mi punto de vista. Todo era genial cuando vivía en Londres, la brisa de las mañanas, el cielo nublado y un pronóstico de lluvia que logro suspender las clases de ese día o eso me dijeron mis padres, en fin.-Bien Jeanna-¿Qué logras ver?- Si no fuera por esa mujer seguiría disfrutando de ese recuerdo, pero no, y más si estas con una psicologa observando cada movimiento, gesto o incluso la forma en que respiras.

-Solo me veo a mí y mi familia en la hora del desayuno, todo está tranquilo, pero por alguna extraña razón siento que...-Me quede en silencio en un momento, no sabía cómo explicarle eso a la psicologa y ni siquiera yo me lo explicaba era una extraña sensación. No podía aguantar más, ¿Cómo piensa ayudarme? Abrí mis ojos de golpe y me levante del sillón bruscamente logrando captar toda la atención de la psicologa.- ¿Realmente esto es necesario?- Le pregunto con ninguna gentileza en mi voz.

-Claro que lo es Jeanna, esto es para ayudarte-

-Pues déjeme decirle que no siento esa intención- Me miro por un segundo, estaba con los ojos muy abiertos sorprendida por mi reacción, creerá que me arrepentiré y le ofreceré una disculpa pero no será así.-Si quiere saber lo que paso fue simple y sencillamente que nos mudamos a aquí, deje a mis abuelos y amigos por el oficio de mis padres ¿Cómo cree que se sentiría una niña al saber que dejaría todo eso? ¿Usted cree que necesitare terapias solo por eso?- Estaba enojada y frustrada, nunca me agrado esa mujer siempre "dispuesta" a ayudar a otros pero hace lo contrario, lose porque ya le dio una sola terapia a una de mis amigas y con solo esa terapia se volvió peor, le reclamaría eso pero creo que ya era suficiente. Para mi suerte sonó la campana anunciando la hora del almuerzo, había esperado este día ya que servirían una de mis platillos favoritos: scones. Pero gracias a esta mujer se me fue el apetito como en las otras veces que eso fue hace 2 meses. Horrible. Tome mi mochila y le dio una sonrisa forzada como diciendo 'ya tiene lo que quería' y cerré bruscamente la puerta con ganas de romper ese cristal que decía con letras mayúsculas PSICOLOGA, camine rápidamente solo para escuchar a la señora gritar mi nombre pude captar que su voz era grave como si fuera un regaño, ¿me detuve? No. Seguí caminado con toda la calma del mundo para llegar a dos puertas grandes de color gris, se notaba que las pintaron ya que juraría que tenía un color oxidado, que daba miedo tocarlo ya que podría caerse en cualquier momento. Al abrir las puertas se hizo más fuerte las voces de los adolescentes camine hacia la barra de alimentos donde tome mi bandeja y tome lo que siempre había escogido hace 2 meses por culpa de esa innombrable (psicologa), un jugo de cartón y una manzana, mire de reojo y vi que la charola donde estaban los scones estaba intacta, me quede con la boca abierta por la sorpresa y por el horror de que nadie tomaba uno solo, son deliciosos, tome uno y un chico que estaba a mi lado se me quedo mirando-¿Realmente comerás esa basura?- Lo mire por un momento

ANGELS LOS 7 PECADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora