ANGELS LOS 7 PECADOS

Capitulo 5

Me despertó una gran sacudida, al principio pensé que era un temblor pero resulto ser Hizaro quien me despertó para avisarme de que ya habíamos llegado al cine. Me acomode para salir del auto pero deje salir un quejido de dolor, coloque mi mano en mi cabeza por el terrible dolor que sentía, quería ir a casa para descansar pero ya estábamos aquí. Miré a mis amigas de que cada una tenía un paraguas en la mano. Demonios olvide el mío en la casa, y la fuerte lluvia lograba que me arrepintiera más de mi descuido. Débil y sin paraguas, suena como una damisela en apuros y como era una de esas en este momento entonces mi 'príncipe' vendría a mi rescate ¿tengo uno? No.

-Jeanna ¿olvidaste tu paraguas?- Pregunto Scarlett molesta, no le gustaba para nada cuando una persona era irresponsable, y esa persona soy yo. Asentí mientras le daba una sonrisa despreocupada.-Aunque te agrade la lluvia no significa que no tienes que traer un paraguas...Idiota, nos vas a venir enfermando a todos-

-Gracias por tu casi preocupación Jones pero...- No termino Hizaro la frase cuando estornude como cuatro veces, eso gano la mirada de seriedad de mis amigas, excepto la de Scarlett quien tenía una mirada de 'te lo dije'. Sentí como una mano se colocaba en mi hombro, me voltee para ver a Christopher que tenía su paraguas ya abierto y su agarre hizo que me acercara más a él al punto de que su cuerpo este junto al mío, mis mejillas no podían estar más rojas pero gracias a la lluvia nadie podía notarlo ni siquiera Chris.

-Problema resuelto, hay que entrar- Me abrazo como si fuéramos una pareja que estaban muy enamorados, le hubiera dado un golpe pero estaba demasiado débil y mi respiración se hacía más y más pesada con cada paso que daba, solo que el estruendo del cielo no dejaba escuchar esa pequeña llamada de auxilio que amenazaba que dentro de poco colapsaría y que alguien estuviera listo para atraparme. Uno, dos, tres, cuatro escalones que para mí eran montañas, bueno, aprovechare la situación y dormiré en la sala, ya estaba todo planeado.

Nos sentamos en uno de las mesitas que se encontraban en el centro del lugar mientras Amy y Jones estaban en la taquilla para comprar esos dichosos boletos para ver esa absurda película, no me imaginaba en una película de romance, no soy de esas chicas que matarían por ver algo relacionado con el amor, lo que me extrañaba es que no hubiera tanta gente y eso que era fin de semana...y de promoción. Pero lo que más se me hacía extraño era que Chris no dejaba de verme desde... ¡siempre! Eso lograba enfermarme más de lo que ya estaba, no quería que se enterara de cómo me sentía en este momento, ósea, fatal. Además ya no lo podía ver igual, ¡casi nos besábamos!

-¿Qué sucede Jeanna, te sientes bien?- Dijo Chris recargándose en el sillón de tela ya desgastado de cuadros negros y rojos, no dejaba de verme, era como si yo realmente le importara, pero tal vez solo este fingiendo...eso debe ser.-No te ves muy bien ¿quieres que vayamos a ver a un doctor? Hay uno cerca de aquí- Negué con las pocas fuerzas que me quedaban. Amy y Scarlett ¿Dónde demonios están para tardar tanto?

-¡Aquí están los boletos!- gritó Amy toda emocionada y a lado de ella venia Jones con una pequeña bandeja donde colocaban las palomitas y los refrescos y algo de golosinas pero no tenía ninguna emoción en su rostro, al parecer ella lo pagó.-En cinco minutos empieza la función ya deberíamos de irnos a la sala- Amy tomo de los brazos a Jones y a Bolton jalándolas donde se encontraba el tickerman (así lo llamo yo), y que esta última venia tropezado para alcanzar el ritmo a Amy pero era inútil. Me levante a como pude y camine un poco para luego tropezarme pero Chris logro atraparme a tiempo, lo mire algo avergonzada pero el solo me dio una cálida sonrisa y me ayudo para llegar completa a donde se encontraban las chicas.- Ya era hora par de tortolos- añadió Amy quien nos daba una sonrisa picarona pero pase por alto ese comentario y seguí caminado como zombi pero esta vez sin la ayuda de Christopher quien insistió en ayudarme en todo el trayecto hasta llegar a la sala, pero como la terca que soy me negué.