Días de hospital #2

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Poco después de que entrarán os en la habitación llegó su hermana.

-Ya ha llegado. Ven rápido.

Recuerdo la cara de felicidad que puso cuando se la pusieron.
Cuando andaba, iba terriblemente lento. Pero eso sería solo al principio. Estuvo haciendo rehabilitación bastante tiempo y, por no ir y venir de casa -ya que nos podrían encontrar- nos quedamos allí más tiempo.

-Se te ve genial con la pierna.

El sonrió y me dio un beso en la mejilla. Jace se había endurecido y ya no era el mismo de antes. Pero había vuelto a ser feliz.

Unas semanas más tarde volvimos a la casa. Jace volvió a girar el disco de la entrada.

-Haz los honores Alex.

Abrí la puerta. Y no supe exactamente que decir.

-¿Dónde estamos?

-En unas praderas.

-Es muy bonito.

-Claro que lo es. Luego salimos los dos a verlo. Antes hay que ocuparse de la casa. Ha estado deshabitada por más de dos meses.

Jace miró las escaleras y suspiró.

Divagué mirando por la ventana. Me acordé de mi familia. Me di cuenta de que Jace siempre me mantenía ocupada para que no pensará en ellos. La verdad, no sé si lo hacía por mí o por el mismo.

-¡Jace!

-¿Qué pasa?

-¿Cuando podré ver a mi familia?

-Alex, ellos piensan que has muerto.

-¿Por qué?

-Porque cuando ellos se levantaron al día siguiente vieron en tu cama mucha sangre y la ausencia de su hija.

-Podrían estar esperándome.

-Alex no compliques las cosas.

-Quiero verlos otra vez. Llevo contigo más de medio año. Se acerca la Navidad y ellos la van a pasar pensando que su única hija está muerta. Por favor -me acerqué a él- llévame con ellos.

-¿Te conformas con verlos o necesitas hablar también?

-Será poco tiempo, te lo prometo.

-Hay que ir arriba.

Jace se dispuso a subir por las escaleras.

-¿Necesitas ayuda?

-No. Sube tu primero.

Jace tardó media hora en subir diez escalones.

-¿Estás bien?

-Sí.

Noté su voz algo temblorosa, pero preferí no decir nada más.

Cuando Cae La NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora