¡El demonio disfrazado de ángel!

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Una nueva mañana nos recibe en Busan. Siento el cuerpo dormido de Ryeowook al lado mío, el calor que transmite es tan agradable que me pregunto si realmente es tan frío como aparenta. Durante unos instantes delineo su delgada figura, dejándome llevar por aquellas curvas que forman su anatomía, alzo mi cuello y logro ver sus ojos cerrados y su linda boca entreabierta ¡Es tan adorable!

Cruelmente adorable.

Sin detenerme mucho en mis pensamientos me pongo en pie sin hacer mucho ruido y recojo mis ropas que están regadas por el suelo, antes de encerrarme en el baño le dedico una última mirada a aquel ángel que reposa sobre aquel lecho ¡Es tan etéreo! Cierro la puerta tras de mí para vestirme ¿cómo podré mirar a Ryeowook a los ojos? ¡Eso no debió haber sucedido! Me deje llevar por el deseo, la pasión y la lujuria. Me aproveche de la situación. Miro mi reflejo en el espejo ¿en serio era tan estúpido? Quiero decir, aquello fue producto de las circunstancias; ambos queríamos follar y así lo hicimos.

Me apresuro a ponerme mi camisa y salgo del baño un poco agitado, miro una vez más a Ryeowook que continua profundamente dormido ¡Vaya que tiene el sueño pesado! Su respiración es tan tranquila, las imágenes de la noche anterior se reproducen en mi mente y siento deseos de golpearme a mí mismo ¿Cómo pude haberle hecho eso? Dejo salir un suspiro mientras le miro con melancolía. Si tan solo nos hubiéramos conocido en circunstancias diferentes.

Salgo de allí y me dirijo a cualquier sitio lejos de allí. Regresaré a mi habitación cuando este seguro de que Ryeowook no está allí. Empiezo una caminata desconocida por las calles de Busan mientras mis pensamientos viajan en los acontecimientos de los últimos días ¿Qué me pasaba por la cabeza? Sobo mi frente un poco frustrado, pero más que todo decepcionado de mi mismo; me deje llevar por el deseo, por la atracción, por el momento, me aproveche de una persona sin medir las consecuencias. Guardo las manos en los bolsillos de mi pantalón ¿Era eso lo que realmente quería? ¿Tanto reprimía mi deseo por él? El verlo frente a mí desnudo rompió todo razonamiento, en verdad que era débil ante ese follón de cabellos rojizos.

Suspiro frustrado. Lo mejor es hacer como si nada hubiese ocurrido, no creo que sea difícil para Ryeowook él parece acostumbrado a eso... pero yo ¿Seré capaz de hacerlo? No sé cuánto llevo caminando así que decido simplemente regresar al hotel a enfrentar las cosas ¡Que paranoico! Como si Ryeowook me fuese a exigir que me casase con él por haberlo tenido en mi cama. Aunque eso sería lo correcto. Pero eso no va a ocurrir.

Subo a mi habitación y tomo el pomo con mano temblorosa ¿Qué haré si Ryeowook está ahí? Decidido abro la puerta y me adentro en la habitación dispuesto a todo. Suspiro aliviado al ver la habitación vacía, me adentro y me dejo caer pesadamente sobre la cama desordenada. No sé que sucede conmigo, yo no soy así, nunca me dejaba llevar por mis deseos.  Aprieto mis puños y golpeo la cama. Perdí el control y ahora pago las consecuencias de ello.

Me pongo en pie y me desnudo para darme un baño. Quiero refrescarme y no pensar en aquel suave cuerpo que había poseído la noche anterior ¡Era tan perfecto! Su forma, su suavidad, su voz convertida en maullidos suaves y excitantes. No era posible que existiera un ser humano tan perfecto como Ryeowook.

Mi alivio en estos momentos es que mañana regresamos a Seúl y podré recuperar mi vida, estar cerca de Ryeowook me afecta hasta el punto de hacerme perder a mí mismo. Sus locuras, sus ocurrencias, sus palabras... todo en él es tan fuera de lugar. Aunque anoche fui sincero con mis palabras de que no preferiría a otro Ryeowook.

Grito frustrado ¡Estoy tan confundido!

¿Lo quiero o no?

¿Es solo deseo lo que siento?

Aprieto mis dientes. 

¿Por qué es tan difícil conocer mis propios sentimientos?

Al salir de mi habitación voy al restaurante del hotel para buscar a Ryeowook que ya está allí comiendo algo, se ve hermoso como siempre concentrado en sus labores. Me acerco con una sonrisa y tomo asiento frente a él, éste mantiene su típica actitud indiferente y grosera. Una buena señal.

Locuras de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora