¡Jefe Nuevo!

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NUEVO JEFE.

Esas dos simples palabras retumban en mi mente como el eco de una alarma.

NUEVO. JEFE

¿Por qué rayos Heechul tenía que renunciar?

¿Qué sentido tenía dejar todo abandonado por correr a los brazos de un estúpido chino?

Miro a mi alrededor mientras siento la mirada de MinKi fija en mí, como si tratara de leer mis pensamientos. Pero ambos sabemos que es ridículo siquiera intentarlo. Suelto un suspiro a lo que mi amigo sonríe con sencillez. 

En serio Heechul es un idiota. Dejar la empresa a su primo para correr tras "el amor de su vida" de solo pensarlo me dan muchas náuseas. Miles de veces le dije que no lo hiciera, que lo dejara. Era inútil.  Todas las noches me llamaba llorando por su "chino", alegando que lo amaba y que no quería perderlo. Lo único bueno de todo eso era que no tenía que trasnochar con el despecho de Hee.

— ¿Y bien?— Dice mi amigo recordándome su existencia. Lo mire por el rabillo del ojo.

Verdad que estás ahí.

Miré de nuevo sobre mi escritorio. Los documentos se apilaban uno sobre uno, recordándome que muy probablemente no podría descansar tampoco esta noche. 

¡Ay! Heechul, Heechul. Me dejaste con la mierda hasta el cuello.

Al menos se hubiera ido después de dejar su agenda terminada. Pero, ¿qué me extrañaba? Él hacía las cosas sin avisar.

Nuevo jefe.

Nuevo jefe.

Escucho el carraspeo de una garganta.

¡Ah! Verdad que MinKi está aquí.

Lo miro de nuevo con una sonrisa de disculpa, él me devuelve la sonrisa junto con una mirada comprensiva. Ha estado conmigo los cinco años que llevo en esta empresa, y él más que nadie -aparte de Heechul- me entiende. Sabe que estoy procesando la información, como también sabe que estoy pensado en el próximo paso que voy a dar. Juego con mis dedos creando un sonido que definitivamente no es armónico, tengo que encajar mis pensamientos.

La verdad no me apetece mucho conocer al nuevo jefe, es cierto que su llegada me afecta a mí, pero esas formalidades desde mi punto de vista, sobran. Además con Heechul mi relación era muy estrecha y volver a comenzar con alguien me ofusca, no soy bueno en relaciones interpersonales y tampoco me he esmerado mucho en mejorar eso.

Un gran problema desde mi adolescencia.

Miro de nuevo a mi amigo que espera paciente una respuesta de mi parte.

— Dame cinco minutos— Digo un poco exasperado, me siento presionado con él allí mirándome. ¿No puede simplemente marcharse?— Tengo que asimilar la idea de que ahora no va a estar Heechul.

MinKi suelta una risita mientras cubre levemente su boca con la mano. Ese gesto me parece tierno y me dejo perder unos segundos en él. Mi amigo me mira con travesura.

— Ya no podrás pedir permisos— Entrecierra los ojos mientras sonríe.

Sonrío con él.

En eso tiene toda la razón

Miro a la nada aceptando la realidad. Tratar con un nuevo jefe siempre es un problema, tienes que ponerlo al día del trabajo que se ha estado realizando, ser amable y mostrarte dispuesto a ayudarle por más que no quieras ¡Joder!  Y a mí que no me gusta ayudar. Observo el protector de pantalla de mi computador, una estúpida flor que escogió Heechul. Recuerdo inevitablemente a mi amigo. Heechul se caracterizaba por su puntualidad e innovación, ¿podría la nueva persona cumplir con las expectativas o llevaría a la empresa a la bancarrota? ¡No, no debo pensar en eso! Heechul nunca cedería la empresa a un irresponsable. Al igual que él debo confiar en la persona que queda a cargo. Sería lo más sensato, ¿cierto?

Locuras de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora