Buenas, buenas hoy por ser mi cumpleaños subiré nuevamente dos capítulos, no mas pór ser un día que lo amerita.
Espero que les guste.
***
- Dime que lo tienes
- Hola ¿Cómo estás? Yo estoy bien ¿Y tú?
- Deja tu arrogancia y ve al grano
- Si, lo tengo ¿Feliz?
- Bien, porque no quiero errores. Es hora de acabar con todo.
(...)
Mi respiración se acelera de una manera alocada y todo mi cuerpo se tensa mientras veo la cara de Daniel acercándose a la mía, con su mirada fija en mis labios. Trago saliva fuerte ¿Me va a besar? ¡Me va a besar! ¿¡Pero que le sucede!? Y lo peor de todo es mi cuerpo esta estático un mi cerebro dejo de funcionar, es como si estuviera esperando esto desde hace tiempo.
Siento su aliento sobre mis labios cuando escuchamos el sonido de las llaves de alguien que acaba de entrar, haciendo que nos separáramos inmediatamente y logrando que Daniel volteara el vaso de coca cola que se encontraba sobre la mesa de vidrio de la sala.
- Por Dios, Daniel ¡Mi alfombra, mi alfombra! – Chilla mientras sale corriendo directo a la cocina, trayendo consigo luego un pote blanco, un paño y lo que parece ser agua.
- Mamá, no exageres. Fue sin querer – Resopla mientras ve a su mama limpiar de manera frenética la mancha en la alfombra.
Bueno, al parecer hoy es el día de conocer a la familia, lindo ¿no?
- Ya está – Susurra – Ahora sí, hola Daniel y...
- Annie, estábamos haciendo un trabajo hasta que llegaste
- ¿Solos? Pequeña ¿Estas bien? Tus mejillas están rojas, como si estuvieras acalorada. No importa, no le hagas caso a esta vieja – Abro mis ojos como platos ¿¡Pero que!?
- Estudiábamos, mamá. Nada mas
- Cuídense ¿Si? Sea lo que sea que estuviesen haciendo – Toma las cosas de limpieza y se pierde en la cocina, dejando un ambiente incomodo entre los dos.
- Bueno, creo que es hora de irme – Desvío la mirada para no encontrarme con sus ojos color café.
- Si... Ehm, déjame y te llevo – Se rasca la nuca nervioso, despeinando su cabello. Haciéndolo lucir más lindo, agh ¿Pero qué digo?
- ¡No! En serio, no te preocupes. Puedo pedir un taxi, nos vemos luego – Camino dudosa entre si dejar un beso en su mejilla o irme así sin más.
Mejor la segunda opción, tomo mis cosas rápidamente y salgo apresurada dejándolo desconcertado.
¿Pero qué sucedió allá adentro? Digo, nunca me importo que un chico me besara o estuviera a punto de besarme porque simplemente lo rechazaba al instante, pero con Daniel fue distinto, el cosquilleo nervioso en mi panza y los latidos de mi corazón golpeando como si de un tambor se tratase solo me dejaban más confusa.
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Esta soy yo
DragosteCamino resignado hasta llegar a la oficina del director y me siento en un asiento que vi disponible al lado de una chica que al parecer espera recibir su castigo, como yo. - ¡Wou! Tremendo lio que hay allá adentro ¿no? - Pregunto luego de e...