capitulo 27

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Seguimos andando hasta llegar a casa, no ocurrió nada, los dos teníamos el mismo miedo por romper el silencio. Cuando entramos en casa Jesús estaba en el sofá sentado y en cuanto me vio salió disparado hacia mi.

J: Dani te puedes ir? Quiero hablar con Irene a solas

Yo: Dani no te vallas, quédate.

D: mejor me quedo

J: en fin, esto..

Yo: me lo vas a decir ya o que? Es que he perdido mucho tiempo ya buscando a un idiota y claro ahora tengo sueño.

J: no te voy a decir que no es lo que piensas ni que lo siento, porque no es así. Cuando Dani dijo que era ella me puse extremadamente celoso, y no aguanté la idea de que hubiera pasado pagina. Cuando me hablaste no te respondí porque estaba demasiado confundido pero en cuanto te fuiste comprendí que quería recuperar a Nuria, que con ella me siento más lleno.

Yo: mira, sabes lo que te digo? Que tenia razón, eres una mierda de persona. Que para mi estas muerto, vale? Y nunca debería haber aceptado salir contigo. Está claro que ese error no lo voy a volver a cometer. Dani, a partir de hoy duermo en tu cuarto.

D: vale, princesa.

Yo: y tu, no te acerques a más de dos metros a mi.

J: creo que lo estas exagerando todo un poco. Pero bueno si eso es lo que quieres, eso haré.

Mientras subía con Dani por las escaleras le pregunté:

Yo: cuando estará mi habitación arreglada?

D: No te lo dijo Jesús?

Yo: si te pregunto es que no..

D: ya está arreglada desde hace un tiempo. Que raro el me dijo que él te lo diría.

Yo: Pues buenas noches me voy a decorar la habitación.

Cuando acabé de decorar mi habitación me tumbé en mi nueva cama. La verdad era que todo estaba siendo un poco demasiado.

Me desperté a las 8:00 para ducharme. Fui al baño, cogí una toalla antes claro.

Abrí el fino cristal transparente de vidrio y me metí dentro. Dejé caer el agua lentamente.

*NARRA DANI*

Ayer se lo confesé todo a Irene y aunque me rechazara me siento muy bien por haber sido capaz de decírselo. Tengo ganas de mear, voy al baño. En cuanto entro en el baño veo a Irene desnuda duchándose. Abrí los ojos como platos y en mi imaginación estaba dándole duro contra el muro y lento contra el pavimento. Pero esa visión tan bonita se marchó en cuanto ella comenzó a gritar:

Del odio al amor (gemeliers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora