Capítulo 10: ventisca.

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Había rentado un cuarto cerca de la escuela a la que ya no asistía necesitaba averiguar la ventana del alma, mi determinación y paciencia era lo que me mantenía despierta después de largas noches sin dormir en mi búsqueda. Alguien llamó a la puerta creía reconocer esa voz pero no le daba importancia.
Aquella persona del otro lado de la puerta era demasiado insistente habían pasado más de treinta minutos y esta no paraba de llamar o tocar.

Su insistencia hizo que me levantará y me dirigiera a la habitación en donde estaba la puerta.

>¿Quien es?

A.-Soy Anton.

>¿Qué quieres?

A.-Necesitamos hablar.

>¿Necesitamos? Tu necesitas por que yo estoy muy bien.

A.-Es importante.

>Me molestas, largate.

A.-¿Estas bien?

>Por supuesto que sí.

A.-La señora Shu...

Esos días había mantenido toda mi concentración en una sola cosa y me había olvidado por completo de la señora Shu.

>¿Que le pasa?,¿Está bien?

A.-No lo se.

>¿Entonces por qué demonios estas aquí molestandome?

A.-Ella desapareció ya hace algunos días no sabíamos donde encontrarla o encontrarte a ti, déjame entrar.

>Me molestas, adiós.

A.-Derribare la puerta.

>Inténtalo, y el que caerá derribado serás tú por una descarga de más de 500 volteos.

A.-No me importa.

>Si no aprecias tu miserable vida, a mi no me interesa pero no hagas mucho ruido.
Me di la media vuelta y me dirigí hacia la sala donde tenía una pila de libros y me senté en una alfombra que se encontraba en el centro de la misma.

Escuchaba que alguien estaba forzando la cerradura de la puerta pero ¿Quien soportaría tal descarga?
Finalmente era Anton quien se acercaba,lo reconocí por su esencia pero su físico estaba completamente distinto.

>Veo que lo recordaste.

A.-He trabajado un poco en eso de robar energía.

>Dame tu mano.
Tome la mano de Anton y trace unas lineas transfiriendo la energía que había tomado de la puerta.

A.-¿Por qué lo hiciste?

>No debo desperdiciar nada, además de que te estoy haciendo un favor.

A.-¿Estas bien?

>¿Acaso importa?

A.-No del todo.

>Entonces si no te importa no gastes saliva.

A.-Tengo el consuelo de que no soy el único que ha cambiado.

>Si lo dices por mi cabello, no me importa, pero te puedes ir tu presencia es muy molesta.
Hace algunas noches sentí que alguien me observaba pero por más que revisaba no existia presencia alguna, esa misma noche mi cabello había terminado de teñirse debido a ese extraño color blanco.

A.-No me refieto a tu físico pero no puedo irme.

>¿Por qué no?, la puerta no tiene energía y ya has logrado forzar la cerradura asi que largate.

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