Capítulo 3

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Se despide de John al bajar del auto con una sonrisa. 

Él se había ofrecido amablemente a acercarla al colegio, ya que le quedaba de paso con el trabajo.

Mira la escuela por primera vez, quedando sorprendida. Es inmensa comparada a su escuela en Australia. También era grande, pero esta lo es demasiado.

Ve a los alumnos ir de acá para allá como locos, todos llevando maletas, algunos guitarras, etcétera.

Se acerca a la fila para colocar las cosas en el autobús. No hay muchos alumnos fuera, la mayoría están dentro.

Mientras espera no puede evitar soltar un bostezo. Según averiguó en internet, San Angelo resulta tener quince horas más atrasado el reloj de lo que lo está en Australia. Eso realmente le dificultará algunas cosas.

Termina de guardar sus pertenencias y sube.

Ya dentro, se da cuenta que no hay muchos asientos disponibles, y mucho menos adelante. Hace una mueca y camina despacio por el pasillo, frunciendo el ceño cuando bolas de papel le caen por unos chicos que se las tiran entre ellos.

Son unos idiotas.

Llega al final y descubre un asiento libre junto a una chica castaña, o varios en la otra fila, pero con chicos algo... raros.

La chica se ve más decente.

—Hola.—dice casi en un susurro.— ¿Está ocupado? —señala el asiento.

Al tenerla cerca, ve que tiene ojos azules.

— Holas.—saluda alegremente, mirándola algo confundida.— ¡Para nada! Es todo tuyo.— Lau sonríe y se sienta.— ¿Eres la chica nueva? —pregunta amablemente.

Asiente con la cabeza despacio. 

<<¿Se estuvo hablando de mí en este lugar?>> piensa algo avergonzada.

— Sí.—ríe un poco.— Me llamo Lauren. —la mira. Sonríe también.

— Yo Kate. Y él—le da una patada al asiento de adelante, haciendo que un chico de pelo negro y ojos azules volteé confundido.—,es Nate, mi novio. —agrega orgullosa. —Es la chica nueva. —le comenta.

El chico, Nate, la mira con los ojos entrecerrados y saca la lengua en dirección a Kate. Voltea a Lau y la saluda con una sonrisa.

— ¿Qué tal, linda? Parece ser cierto eso de que las australianas son las más lindas. —dice en tono seductor guiñándole un ojo divertido.

Sus mejillas empiezan a sonrojarse en cuando pronuncias las palabras.

¡Agh, no!

— ¿Qué te pasa, idiota? —se queja Kate dándole un leve golpe en el hombro.— Ignóralo, es un estúpido.

Lau asiente con la cabeza aún con las mejillas sonrojadas, las cuales tapa teniendo la cabeza gacha y con el pelo.

— Amas a este idiota.—dice moviendo la cabeza de lado a lado. 

Ríe un poco mirándolos divertida. Vaya compañeros...

Una cabeza castaña se voltea a ellas y los mira confundido. Lau abre un poco los ojos. Tiene ojos celeste intenso, mandíbula bien definida, una nariz recta, y... eso es todo lo que ve.

Es... lindo.

—Hey, qué tal.—arruga la nariz hacia ella.— Soy Felipe.—se presenta sonriendo.

Muerde levemente su labio por la vergüenza y levanta la vista un poco más hacia él.

— Ho-hola.—saluda algo nerviosa.—Yo soy Lauren. —sonríe apenas.

Entre los cuatro se forma un silencio incómodo.

—Y... ¿Están emocionados por el viaje? —pregunta lentamente Felipe, como dudando de su propia pregunta.

—Yo estoy muy emocionada. —responde Kate feliz.—No sé el imbécil ese.

— ¡Ey! —suelta Nate riendo.—Sabes que te amo. —susurra haciendo puchero. 

Lau suelta una pequeña risa. Nate lo nota y le sonríe.

—Sí, sí. —contesta divertida rodando los ojos.— ¿Que hay de ti, Lau? ¿Estás emocionada? —la mira.

—Mm, no demasiado la verdad.—aprieta los labios para adentro.—No conozco a nadie, prácticamente. Y no soy buena en los espacios abiertos. Es la primera vez que hago algo como esto.

Felipe la mira sorprendido.

— ¿En serio? ¿Por qué no te gusta? —le regala una sonrisa, la cual le parece completamente bonita y cálida.

—No es que no me guste, sólo...—disimuladamente se rasca el lóbulo de la oreja, algo típico que hace cuando está nerviosa.—Cuando era pequeña me caí a un lago y fue muy grave, así que supongo que será eso.—aparta la mirada para ocultar su incomodidad sobre el tema.

Felipe ríe y ella voltea la vista confundida. 

¿Se ríe de ella? Eso no es agradable...

—Nah, no te preocupes. Yo hago natación, así que, si te caes al lago, prometo que entraré en él  para salvarte. —guiña un ojo divertido. Ambos se miran a los ojos. Son muy profundos.

La conexión se pierde cuando escuchan a Nate y a Kate.

—No, yo te amo más. —susurra este besando su mano.

—Nate, para. —susurra ella con los ojos cerrado. Los mira sorprendida. No pierden el tiempo.—Feli, te cambio. —dice rápidamente parándose. Él la mira divertido y cambian de lugar, teniéndolo ahora junto a Lau.

— ¡Hola! —saluda tiernamente agitando su mano de lado a lado.

—Hola, tú. —dice sin poder evitar reír. 

— ¿Por qué sonríes tanto? —pregunta con tono pícaro levantando ambas cejas.

En cuanto las palabras salen de su boca, deja de sonreír. Agh, seguramente piensa que está feliz porque se sienta junto a ella, ¡y no es así!... Bueno, tal vez.

—Yo... —suspira lentamente cuando siente otra vez sus estúpidas mejillas queriendo llamar la atención.—Es solo que hace un bonito día, ¿no? —una risa nerviosa sale de sus labios.

—Sí, precioso. —responde sonriendo y mira la ventana, centrándose en ella.

Se remueve incómoda cuando se da cuenta que, básicamente, la cagó.

Lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora