Capítulo 4

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Feli se pierde mirando el paisaje que le muestra la ventana. Le encuentra cierta similitud con el de las películas yankees que miraba con su familia y eso le trae muchos recuerdos.

Saca su celular y captura el panorama en una imagen. Cuando regresen a la ciudad la enviará al grupo que tiene con sus padres y hermanos.

Hace unos minutos, Kate le pidió que se cambiaran de lugares para poder sentarse junto a Nate y así besuquearse con él.

Y lo siguen haciendo...

Ríe un poco y arruga la nariz con desagrado al verlos por entre los asientos. Le llama verdaderamente la atención que aún los profesores no hayan dicho nada. Curioso...

Al cambiarse de lugar, se sentó al lado de la nueva chica australiana. Debe admitir que es muy bonita. Tiene grandes ojos azules, realmente llamativos. Y su cabello, marrón oscuro, combina a la perfección con ellos. Sin mencionar las pequeñas pecas que se distribuyen aleatoriamente por su nariz.

No debería pensar en su belleza.

Sacude la cabeza para espantar sus pensamientos y decide hablarle. Se ve tímida, pero percibió cierta conexión con ella cuando cruzaron unas cuantas palabras hace un momento... O quizá sea que lo estaba rechazando y sólo lo confunde. No se sabe.

-Entonces... -desvía su mirada de la ventana para dirigirse hacia ella.- ¿Eres de Australia?

-Eh... -lo mira algo sorprendida, como si no esperara que volvieran a conversar.-Sí, lo soy. -susurra asintiendo con la cabeza, tocándose el lóbulo de la oreja. Se la ve notablemente nerviosa...

<<Oh no, tal vez no quería que le hablara.>> piensa poniéndose nervoso.

-Genial... -dice lentamente, sonriendo un poco.

La situación se vuelve incómoda para ambos. Feli tiene miedo a hablar y quedar como un curioso a la primera. No es que lo sea, todo lo contrario, pero aquella chica llama su atención de una manera muy... especial.

Pero seguro es por el hecho de que ambos están afrontando lo mismo al dejar atrás a su país, ¿no..?

-Y... Cuéntame de ti. -habla ella mirándolo a los ojos, como buscando algo.

Su repentina habla lo sorprende, consiguiendo que sus mejillas aumenten de temperatura. Tal vez sí quería que dijera algo más...

-Bueno-rasca su nuca. ¿Qué le puede decir que no sea poco, pero ni muy personal? -Yo... tampoco soy de aquí.-arruga la nariz, decidiéndose por su también diferente nacionalidad.-Al igual que tú, supongo, vine por un intercambio.-ladea con la cabeza, sin saber cómo seguir.-Soy argentino. -termina confesando, sonriendo un poco.

- ¿Argentina...? - repite ella en un susurro viendo el piso, mirándolo de reojo. Eso es algo curioso para Lau. <<Con razón su nombre sonaba algo raro...>> piensa. - ¿Extrañas tu país? -pregunta devolviéndole la mirada a Feli, logrando más calor en la cara de este.

Está haciendo el ridículo... Decide que lo mejor es desviar la mirada.

No al contacto visual.

-Sí, bastante. -suspira.- En este lugar todo es...-hace una mueca, buscando las palabras otra vez.-Completamente diferente. -mejor le devuelve la mirada, queda como maleducado. Al hacerlo, la ve sonriendo un poco, consiguiendo que sonría también.

¿Qué le está pasando...?

-Lo es... -responde ella pasando un mechón rebelde detrás de su oreja, desviando su mirada hacia la ventana.-Creo que estamos llegando. -comenta para luego fruncir los labios. Su voz suena tan tímida e insegura, y el asento que inevitablemente se le marca al hablar es bastante lindo. Eso logra atraerlo bastante.

No, Feli, no pienses en esas cosas ahora.

Y aparentemente lo que dice es cierto, ya que se comienzan a visualizar mayor cantidad de árboles que hace unos instantes. A demás, una de las profesoras se para adelante de todo, explicándoles qué es lo que harán al bajar del colectivo.

Según lo que alcanzó a escuchar, mencionó que hay pequeñas cabañas para dos personas, en las cuales se acomodarán como mejor les parezca a los alumnos, pero siempre estando un sólo género en ellas. Es decir, mujeres en una, hombres en otra.

Enseguida, la pareja, a la cual se le ocurre llamar Natelyn-sí, Natelyn suena perfecto para la combinación de Nathan y Katelyn-, se voltea a mirarlos sonriendo divertidos.

-Lau, ¿quieres compartir la cabaña conmigo? -le pregunta Kate sonriendo, sonando amable y comprensiva. Felipe sonríe por eso.

-Claro. -responde la australiana, devolviéndole la sonrisa.

-Bueno, Feli, compartirás cuarto con esta preciosura. Yo que tú marcaría territorio.-agrega Nate, mirando mirando a Kate.

Él ríe un poco, moviendo la cabeza hacia los costados mientras muerde su labio inferior divertido.

Este chico no tiene salvación...

El colectivo frena a la entrada del lugar, donde, al comienzo del camino que los guía hacia las cabañas, se ve un mapa de referencia, el cual explica en un plano la organización del lugar. No lo distingue bien, ya que lleva las lentes de contacto, que tienen menor aumento que sus anteojos.

No veo una chota...

Las puertas del vehículo se abren, dejando salir primero a los que venían viajando arriba, y luego a los de abajo.

Felipe sonríe al estar afuera y aspira el aire fresco del lugar.

Bienvenido a los mejores tres días del mes...

Lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora