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♦|La cosa extraña|♦

¿Te sientes solo, sin compañía? ¡Esta es tu oportunidad! ¡La nueva tienda de mascotas 'Temmie 4 Sales' ha abierto!

Tenemos unas hermosas especies y de todas las razas posibles: desde unos lobos montañeses hasta la nueva y exclusiva mestiza.

El anunció mostraba en cantidad de colores luminosos y llamativos imágenes de algunos animales. Se veían contentos, saltando, jugando con otros. Eso, sumándose a la voz entusiasta y animada del anunciador lo volvía un comercial envolvente para niños.

Mas él no era un niño.

-Aburrido -Suspiró apagando el televisor y dejando el control a un lado. Si hay algo que le aburría bastante, era la programación de los días domingo.
Debió admitir que de cierta forma le interesó adquirir una mascota, ya que el perro en realidad le pertenecía a su hermano. Pero eso solo fue un pensamiento fugaz que desechó a la basura.

El peliblanco estaba listo para tomar algo de comer e irse directamente a su habitación, ansioso de disfrutar el nuevo libro de chistes que había comprado con el dinero que recibía de sus trabajos, los cuales nunca se supieron de que iban, aunque la mayoría del sueldo lo terminaba gastando en un bar cercano o simplemente en sus cajetillas de cigarros que provocaban enfadar a su hermano menor: -Son malos para tu salud!-,las frases que reprochaba una y otra vez cuando lo veía colocarse el primer cigarrillo en su boca.

Cuando estuvo a punto de tocar el primer escalón, escuchó el fino sonido de la llave incrustarse en la cerradura. Decidió seguir subiendo pero nuevamente fue interrumpido por golpes. Revoleando sus ojos dejó las papas fritas y el ketchup con fuerza sobre la mesa de la cocina y con pasos desganados abrió la puerta, preguntándose porqué razón su hermano no pudo abrirla.

-¡Sans! ¡No lo vas a creer! -Claramente era su hermano pequeño, irónico mayor en altura y de personalidad como polos opuestos.- ¡Mira lo que adopté! La llamaré Frisk.

Y orgulloso, como siempre, le presentó a un extraño ser: una criatura pequeña de cabello castaño que por centímetros no le cubría los ojos. El resto de ella, a juzgar por su apariencia, era blanco, y en la cabeza sobresalían dos pequeños cuernos.

El mayor de los hermanos estaba en shock, nunca había visto algo así en sus 24 años de vida. Aún sintiendo bastante atracción hacia la ciencia y los estudios y descubrimientos nuevos esa cosa juró nunca haberla visto o escuchado alguna descripción que se asemejara a la criatura.

-¿Qué...es eso? -Dio un paso atrás por la impresión. Parecía inocente y tranquila, pero él siempre se caracterizó por tener una gran desconfianza incluso con su hermano.

-Hola -la pequeña entonó con un hilo agudo de voz, no favoreciendo a Sans poder tranquilizarse.

-¿¡Además habla!?

El inocente Papyrus solo quedó abrazando a la tierna criatura mientras el contrario seguía con los ojos como platos.

-¡Tenemos un perro ya! -Levantó el tono de su voz intimidando a los dos oyentes. Si bien tenían a ese perro indiferente deambulando por quien sabe, no debían ni procurar un segundo en verlo puesto que se mantenía a si mismo como un gato.

-Pero estaba en la vidriera haciendo una carita triste y me dio mucha pena y...

-Nada. Esa cosa no tocará un pie en nuestro hogar -señaló la puerta indicando que diera media vuelta y la fuera a devolver, en un acto inhumano, a la pobre pequeña.

Papyrus con un aire de suma tristeza se dirigió afuera de la casa mientras su hermano regresaba a la tarea habitual de encerrarse y comer. Se odiaba así mismo por no poder tener la valentía necesaria de enfrentar a su hermano y afirmar que él también tenía derechos.

Caminó bajo la tarde gris y vacía de extraños deambulando por allí durante pocos minutos puesto que a no más de tres cuadras divisó un pasadizo, no muy ancho pero sería al menos un buen lugar para dejarla. Pensó en llevarla a la tienda pero eso iba a conllevar una vergüenza extrema.

Estiró los brazos con cuidado para depositar a la pequeña en la acera acuosa y sucia.

-L-Lo siento Frisk, yo... Mi hermano dirige todo. Espero que aquí alguien te encuentre y te cuide, seguro que te cuidarán mejor que yo -y sin más se fue.

La pequeña no comprendió bien y se quedó esperando, y esperando, y esperando. Creía que iba a volver.

Pero nunca volvió.

Ya pasada la medianoche abandonó esas esperanzas y se acurrucó en el suelo.

Más allá de dos almas [Overtale Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora