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OtpParadise: Necesito que imaginen con todas sus fuerzas la parte del médico, en serio, es un cago de risa si proyectan a Papyrus en esa misma escena.

♦|En un nuevo mundo |♦

Caminaron hasta llegar a la casa en donde un agradable calor se podía sentir desde el exterior. En el trayecto Sans no se inmutó en ojear al menos a la criatura, solo fijó su vista en el frente. Todavía la inseguridad repercutía en la decisión que había tomado, aunque ésta era un gran acto de amor para cualquier ojo humano, el único ojo —los orbes azules— lo veían de otra manera: un problemático asunto para el futuro.

Frisk, al llegar, empezó a curiosear todo lo que estuviera a su alrededor. Todo era absolutamente nuevo para ella, y al mayor le causó un poco de gracia su reacción al encontrarse hipnotizada por los colores que se mostraban en la pantalla del televisor.
Cuando al fin se topó con un calcetín de aroma "indescriptible" el humano se mostró algo apenado por su cara de disgusto y de inmediato se lo arrebató para dejarlo en su cuarto.

Aunque en el fondo estaba muriendo literalmente de la risa.

Justo en el momento que estaba depositando la media en el cajón su hermano menor Papyrus abrió la puerta en toda su plenitud, como si un médico fuera anunciar en una sala de emergencia que la operación fue todo un éxito. Su hermano bastantes veces debía exagerar el triple las cosas.
Al ver aquella escena de Sans recogiendo su calcetín quedo atónito.

—Sans —el médico lo nombró con ese tono bajo lleno de tristeza, tratando de forzar la broma "quiero que parezca que el paciente murió, pero en realidad es una broma". Vaya que lo logró, el llamado se quedó atónito mientras su boca entreabierta soltaba palabras mudas

—Puedo explicarlo. Verás, después de pensarlo bien por un tiempo, decidí que sería algo cruel dejarla sola así que--

—¿Cruel dejar el calcetín botado?

—Espera, ¿qué?

Papyrus sintió algo suave pasarle por los pies. Al ver hacia abajo se encontró aquella adorable mascota que había decido adoptar. Sus ojos brillaron, junto con su sonrisa que se amplió. La tomó y empezó a abrazarla mientras la pequeña sonreía a su vez y movía la cola en señal de felicidad.

—¡Frisky!

—Pero una condición —detuvo Sans el momento emotivo entre ambos.

—¡La que digas! Nyehehehe ¡el gran Papyrus esta muy feliz!

—Tendrás que enseñarle todo lo que a mi me da vagancia, es decir, hablar, comer, y esas cos--

—Sisisisi no te arrepentirás —la emoción en él era tan grande que podía explotar en cualquier momento.

Frisk dejó los brazos de Paps para lanzarse a los de Sans, tumbándolo contra el suelo. Acercó su cara a la de su nuevo dueño y este acarició su cabeza: "gracias, mucha gracias", creyó oír de Frisk.

Bienvenida a casa.

No fue fácil, eso se supo desde un principio. La nueva integrante tenía varias mañas, como rasguñar las cortinas y las alfombras. Además, al no saber casi nada de hablar, no podía expresar qué comidas le gustaban y cuales no, por lo que fue un problema confuso para Papyrus y frustrante para Sans.

Debieron acudir a una conocida científica llamada Alphys quien aceptó con mucho gusto e intriga estudiar a Frisk.

Luego de varias pruebas y exámenes, que por el momento ya habían pasado unos cuantos meses desde su estadía, llegó a la conclusión de que se trataba de una híbrida, humana con algunas características de cabra, y que perdería pelo del cuerpo al crecer, aunque seguía teniendo sus dudas y pidió que se la llevasen para anotar datos una vez a la semana. Faltaba mucho más por conocer e indagar, como su origen por ejemplo.

Más trabajo, pensó Sans colocando su palma en el rostro como señal de decepción. Nunca creyó que tomaría tanto trabajo cuidarla. ¿Humana? Muchas dudas le embargaban desde su venir hasta si la madre zoofílica seguía rondando por ahí.

Mientras todo parecía más tranquilo en el ambiente, Frisk se colocó de pie para marcharse junto a los hermanos. Aunque la puerta volvió a abrirse de par en par.

¿Acaso hay una obra de teatro en cartelera tan famosa para que todos quieran imitar a ese anónimo médico realizando la tan grandiosa hazaña de abrir una puta puerta?
Sans se irritaba si algo sucedía más de una vez seguida, y la puta puerta ya había logrado sacarlo de quicio.

—Hola darlings~ —entonando un agudo tono salió Mettaton, una estrella de Youtube. En pocas palabras de la mente de Sans "una diva": a pese que sus subscriptores no eran más de 30 —entre ellos su primo Napstablook y el pobre Burgerpants— se creía la nueva tendencia de redes sociales, el tema principal de una conversación entre dos niñatas pre-pubertas y número uno en el listado de entrevistas de las nuevas caras famosas de internet.— ¡Alphys que es esa preciosidad!

Refiriéndose a Frisk quien la miraba raramente tratando de descifrar como sentirse por tal halago. Se acercó a ella notando su actitud intimidada.

—E-Es Frisk, la mascota de Sans y Papyrus —Alphys tartamudeó ante el asombro del pelinegro.

—Alphys, ¡mis suscriptores necesitan ver esto! —Sacó una fotografía con flash lo que dejo a la fémina mareada  por la intensidad de la luz blanca.

—D-Déjala Mettaton —obligó Alphys, pero de inmediato Papyrus tomó la palabra. Aunque los dos no lo supieran él era el tercer seguidor de la diva junto a su hermano. Iba a agradecer al cielo si no le hacía recordar cuando fue obligado a sentarse para ver el  "Tutorial: como ser tan divis como yo". Los 5 minutos más agobiantes, frustrantes y desoladores que pudiese haber vivido.

—¿Te gusta la pequeña Frisk? ¡Es un encanto!

—Todo lo que sea mi fan me gusta
Así que, ¿eres mi fan? —Preguntó a la confundida Frisk que ladeaba la cabeza de un lado a otro.

—Eh, aún no sabe hablar, apenas dice hola —Alphys se interpuso contra el pelinegro que estaba invadiendo demasiado el espacio de la pequeña.— Papyrus se encargará de enseñarle y, para entonces cuando aprenda, podrás volverle a preguntar si se considera tu fan.

—Ño —atrayendo la atención de todos, el monosílabo había salido de la boca de Frisk.

—¿¡No eres mi fan!?

Alphys y Papyrus giraron asustados, ya conocían demasiado bien que pasaba cuando alguien se atrevía a negarle algo a Mettaton.

—Ño.

—Ay esta cosa no me gusta, no tiene sentido del glamour.

—Ño —se sacó el suéter, la única prenda que llevaba puesta.

—Oh...era eso —Alphys comentó, y acto seguido todos alrededor comenzaron a reír, a excepción de Mettaton quien seguía teniendo el disgusto y no se había percatado de la verdadera razón por la cual Frisk repetía la negación.

Más allá de dos almas [Overtale Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora