ELLA

7. Enfrentamiento

El noticiero de ayer era una señal de que Belcebú estaba molesto por la promociona que le habíamos hecho la trinidad y yo, el paso del tiempo hacia que me carcomiera las uñas por lo que podría haber pasado con el resto de personas pese a que no las conocía. La puerta sonó y mi reacción fue caer del mueble pegándome en el coxis. 

Charlotte: -entro apurada interrumpiendo la casa con gritos - Viste lo que paso a las afueras, escuchaste las noticias, Dios como paso - gritoneaba paseando de un lado a otro de la sala sin dejar de moverse por los nervios que tenia. 

- Cálmate vas a romper algo o te vas a acabar por desmallar - ella pareció calmarse, se sentó y comenzó  a mover los pies parecía que estaba nerviosa por algo mas, sin rodeo le pregunte - que es lo que te tiene así - 

Charlotte: Quiero contarte algo  muy importante pero debe ser en privado

Jenna: Char él ya tiene novia - como siempre mi hermana oportuna peor no la culpo se notaba en el ambiente lo tensa que estaba Charlotte pero aun con la broma no sonrió solo tomo mi mano y me llevo al patio delantero y entre un susurro me contó su sueño. 

Por aquel sueño podía relacionarla con que estaba en el grupo que estaríamos en el infierno pero si Char estaba en ese lugar ella moriría o yo, alguien nos traiciona eso es lo que recuerdo de lo que dijo la adivina, poniéndome mas serio le pregunte ella si le enviaron una nota rara o algo por el estilo y para mi sorpresa tenia la misma carta con el caballo del ángel de la muerte, uno de los jinetes del apocalipsis. Júpiter regreso de lo que sea que tenia que hacer.

Jupiter: Estaba consciente de algunas cosas que yo no y me susurro - hoy en la noche debemos estar en la puerta -

Había pasado ya unas horas y yo me encontraba con Charlotte en mi casa cuando apareció un auto en el que iba Madison y nos pito para que fuéramos con ella, sin darme cuenta Char ya estaba en la puerta como si se tratare de un zombie. 

Unas cuantas horas después nos encontramos en un lago afuera de la ciudad en el cual otros tres vehículos se estacionaron y todos tenían esa apariencia de zombies  menos yo, Júpiter me coloco mi capucha y me dijo que no viera al sujeto que estaba en al barca, esto me recordaba mucho a Percy Jacson y el ladrón del rayo, pero algo en mi quería encontrase con cancerbero que ya lo había visto antes en aquel sueño de hace unas dos noches, sin embargo algo me llamo y me di la vuelta y note que Jenna estaba en una de las barcas que se movían solas. 

Al fin estaba en la boca del león, pero cancerbero estaba muerto y un cerdo gigante estaba en frente,su gran boca se abrió permitiéndonos ver un camino rocoso y casi en tinieblas solo me deje lleva por el demonio que se camuflaba en mi interior para que nadie lo pudiera ver, así fue hasta que llegamos al centro de lo que parecía el corazón del cerdo se encontraba un conjunto de tronos entre uno de ellos estaba él, Belcebú, pensé que solo era uno pero resulta que lucifer no se encontraba...Sin pretender ser visto liberaron a todos del trance y como era de esperarse comenzaron a volverse locos, resulta que solo traían a humanos para enfrentar a demonios por diversión,mientras yo quería salva a mi hermana, Char y Madison. El demonio quería cumplir con enfrentarse con Belcebú. 

Eso mas que una batalla justa era una masacre y logre dominar un poco a Júpiter logrando salvar a uno de los que estaban en el lugar donde cayo la cabeza de un demonio, no era por mi fuerza era por la de mi amigo demonio, entre susurro decía salvaremos a todos si me ayudas a enfrentarme a ese enemigo. asentí y disimuladamente di un salto hacia el trono de uno al que lo bote por un lado mientras se alertaron los demonios que estaban en el coliseo que era las viseras de cuerpos despedazados. 

Uno me tomo del hombro pero Júpiter se desprendió de mi para golpearlo,mientras yo seguía y cada vez escalaba mas en los tronos y con mi poca fuerza no podía hacer daño a los demonios pero eso no era mi mayor problema. De pronto me estancaron un puño que hizo que me desprenda del trono y me llevara conmigo a Júpiter que se separo de mi y desprendió sus alas para poder dejarme en el suelo y me soltó una de sus espadas. cerré  mis ojos al abanicar contar un demonio al abrir los ojos el cuerpo y una sangre roja estaba derramada a mi alrededor y tome confianza de mi y comencé a acribillar con toda mi fuerza a los demonios tomando la mano de mi hermana y de Char para simplemente ver como aparecían ángeles de la nada comenzando a rescatar a los humanos que eran cientos, la guerra...No una pequeña batalla, en eso era lo que estaba pero progresivamente vi a Júpiter a lo lejos enfrentar a Belcebú sin miedo y dando pelea pero el desgraciado del señor de las moscas no peleaba junto y en ese momento me percate que se estaba por cumplir la traición, Dylan estaba clavando una espada en el cuerpo de Júpiter, corrí hacia el con la espada en la mano destruyendo lo que era mi amigo de la infancia y las lagrimas de mi rostro no dejaron de brotar aún con ese sentimiento enfrente al señor de las moscas como un igual y conseguir estancar mi espada en su pierna luego Júpiter le dio el golpe de gracia y una luz roja salio acompañaba de un grito. 

Ese grito eran almas en pena que fueron liberadas y capturadas por los ángeles que se las llevaban y el gran cerdo comenzaba a rezongar tan fuerte que tuve que taparme mis oídos, todo se comenzaba a destrozar por lo que teníamos que salir o nos quedaríamos al interior de esa bestia, pero el inesperado grito hizo que me soltara del agarre mirando a mi hermana aun abajo en la criatura, quería salvar a mi hermana pero no fue así, a centímetros de su mano me jalaron de vuelta al aire y en mis espaldas quedaba mi hermana que obviamente estaba muerta como muchas de las personas que mas quería. La batalla estaba ganada pero había perdido a mi hermana ¿Qué le diría a mis padres?

La vida seria diferente sin que mi hermana este en mi vida para molestarme y mis lagrimas lograban denotar que era así, el llanto no paro mientras que miraba como se rompía algo del cielo que acababa con el cerdo gigante, la esperanza ya no existía