Venganza postal

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Le mandaba una jirafa cada día. Bueno, en realidad eran dos jirafas. Estaban dibujadas en el sobre del correo que recibía de la empresa. Siempre había una que le frotaba el cuello a la otra; siempre con manchas y patrones diferentes, como huellas dactilares del tamaño de nuestras cabezas.

Al principio le parecieron dibujos tiernos y amorosos; los recibía con alegría cada vez que los veía en el buzón porque sabía que se encontraría de nuevo con esos animales que a veces le parecían sacados de una historia de fantasía. Pero algo fue cambiando en las entregas, el realismo de los dibujos fue presentándose cada vez más siniestro. Sus ojos, más grandes y más negros; sus manchas, más oscuras, más pequeñas y sombreadas. Jirafas cada vez más delgadas, más enojadas, más indignadas con algún acontecimiento que ella desconocía.

Comenzó a temer la llegada del correo.

Y comenzó a temer también a sus sueños. En ellos había jirafas, por supuesto, pero también había violencia; violencia animal y de bestias. Sus patas largas y fuertes la amenazaban con golpear su cabeza; esas patas que avanzaban más allá de su velocidad humana y la acorralaban extendiendo sus lenguas para llenarla de bacterias y mundos diminutos que existían para descomponer a su cuerpo enclenque.

Fue entonces cuando dejó de salir de la casa y dejó de revisar el correo. Los sobres se amontonaban debajo de la puerta y ella soñaba que de ellos salían jirafas de todas las alturas; partes de jirafas, ojos, lenguas, narices y orejas.

No volvió a acercarse a la puerta.

¿Era esa la obra de la artista, o creación de la mente perturbada de la receptora? Nunca se supo, pero sí se supo que el peor día llegó; el día en el que una jirafa de cinco metros amaneció muerta en su jardín. Amaneció por manos de la rivalidad y ahorcó con su terror a la mujer del desequilibro; a la mujer que nunca entendió de quién era esa venganza mortal de pupilas negras como canicas ovaladas que frotaron su cólera contra la piel de su mente marchita.

Micro sociópatas (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora