recesión

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Semanas después de haberse olvidado del ardor y la quemazón en su piel, vio que un hadita hacía de su casa al cactus que había usado como herramienta. Le pareció ridícula su apariencia, demasiado delicada y tierna para vivir cerca de él. Tomó una caja pesada que encontró en una bodega y aplastó con ella a la planta espinosa. Quiso revisar que todo hubiera salido bien, y arrastró a la caja por el suelo.

Un rastro de sangre, todo estaba en orden.


Micro sociópatas (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora