RIP

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El chico verde se despertó amarrado a una silla en medio de cultivos de arroz en un lugar completamente desconocido para él, era de madrugada y estaba helando bastante la noche. Gritó con todas sus fuerzas y para su suerte las trabajadoras de aquel campo de arroz ya se habían percatado de que algo extraño estaba sucediendo debido a que era inusual que alguien en vehículo pasara por esos lados a esas horas.

-¿quén es usted señor?-dijo la que parecía la líder

-Soy Aiba Masaki, fui secuestrado y amarrado, no se hace cuanto estoy aquí-dijo nervioso y a punto de llorar

-pobrecillo, desátenlo y llévenlo adentro para que llame a la policía-dijo la mujer, otra de las integrantes del grupo de trabajadoras le trajo un té caliente y una manta. Aiba estaba temblando fuertemente, pero la bebida caliente logró aminorar los temblores.

La policía llegó a las dos horas junto con una van que pertenecía a la agencia en donde venían los demás integrantes de la banda. En el momento en el que se detuvo el vehículo Sho se bajó rápidamente y corrió a abrazar al más alto, abrazándole estrechamente entre sus brazos y rompiendo en llanto.

-Que bueno que estás bien-dijo Ohno con una voz un poco más relajada

-creo que pesqué un resfriado pero eso es todo-dijo Aiba intentando no llorar, pero con los sollozos de Sho en su pecho se le hacía complejo no quebrarse.

-tiene que acompañarnos a la estación de policía a dar su declaración-dijo uno de los policías a lo que Aiba se soltó con repudio de su agarre.

-¡no me toques!, ¡eso fue lo mismo que me dijo su compañero antes de atacarme!- las manos le temblaban estrepitosamente

-¿cómo?-dijo el detective David adelantándose a los policías

-como acabo de decir, un policía llegó a mi casa y con la excusa de que diera una declaración sobre Sho me secuestró-

-¿me podría describir al sujeto?-dijo uno de los policías

-¿no crees que es poco profesional lo que estás haciendo?-dijo el detective interrumpiendo al uniformado-vamos a la estación de policía y das tu declaración, no te preocupes, irás conmigo que no soy de la policía sino que fui contratado por el líder de tu agencia, además todos tus compañeros pueden venir contigo para mayor seguridad-dijo con un tono dulce

-está bien-


Mientras que iban en la van, Ohno le tocó el hombro a Aiba recibiendo un fuerte quejido, lo que les llevó a revisar el cuerpo del joven. Con lo que se encontraron no era algo muy alentador, le habían marcado cual ganado, con un fierro caliente las letras RIP sobre el omóplato derecho.

-te quieren muerto-susurró Nino, aunque fue un poco fuerte debido a que todos lo escucharon

Aiba no logró contener más sus lágrimas y se desbordó sobre el hombro de Sho, quien era el que estaba sentado a su lado. El silencio reinó todo lo que quedaba de viaje a excepción de un par de veces cuando los sollozos de Aiba se hacían más fuertes.

Luego de dar su declaración los cinco fueron conducidos a un hotel para su mayor seguridad, pero debido a la misma desconfianza que se había estado sembrando entre ellos no quisieron compartir cuarto, sin embargo Aiba pidió expresamente dormir en la misma habitación que Sho y que si él se rehusaba que por lo menos los pusieran en habitaciones contiguas. Obviamente y a pesar de la desconfianza, Sho decidió compartir habitación con el chico verde.  

Jamás seré encontradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora