No estás solo

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El frío entraba por cada una de las rendijas que tenía el lugar y una noche allí ya estaba siendo demasiado, sus manos tenían una horrible marca morada de las amarras, por suerte había logrado desatar sus manos pero por mucho que intentó encontrar como escapar del lugar no lo logró. La nieve se acumulaba en las calles bajo su atenta mirada, a pesar de que había logrado romper el vidrio de la ventana, esta tenía protecciones de metal por fuera, las que le impedían salir de todas formas.

Sentado en el suelo esperaba lo peor, sus hombros le dolían por las repetidas arremetidas que había tenido con la puerta intentando tumbarla así que simplemente miraba por la ventana impotente. Una vez más la puerta que le mantenía prisionero se comenzó a abrir, Jun ya preparaba sus músculos para correr con todas sus fuerzas y lograr escapar, pero lo que vio al abrirse le hizo soltar una solitaria lágrima que corrió libremente por su mejilla, seguida de muchas otras.

-chicos-dijo Jun sonriente

-Shhht, vayámonos rápido antes de que se den cuenta-

-¿antes de que se de cuenta quien?-dijo un pelirrojo sonriente detrás de ambos chicos, logró golpear a Sho en la cabeza con un bate, pero Aiba logró quitarle el arma y golpearle con todas sus fuerzas en una pierna, logrando que este cayera al suelo.

-carguemos a Sho y vamos-dijo tomando la parte de arriba del chico, quien había quedado inconsciente

-vamos-ambos chicos corrieron varias cuadras lejos del lugar, donde habían dejado un vehículo-yo conduzco, dame las llaves del automóvil-

-no, tenemos un lugar seguro donde ir-dijo Aiba luego de dejar al mayor en el asiento trasero


El viaje fue largo, el camino un tanto peligroso debido a la nieve, pero al fin y  al cabo llegaron a una cabaña en el medio del bosque. Todo su alrededor era un paisaje blanco, lo que les reconfortaba un poco era que el camino estaba sanjado entre el vehículo y la casa, pues cargar a una persona en peso muerto no es una tarea fácil.

-¿dónde estamos?-dijo Jun mirando la cabaña

-estamos en la casa de de uno de los familiares de la pareja de Sho

-espera, ¿Sho tiene pareja?-dijo un poco sorprendido

-sí, pero eso es tema para otra ocasión, ayúdame a despertar a este hombre para que nos ayude a unir cabos-dijo -Aiba antes de abofetear levemente a Sho

-No hay cabos que unir, sé quién es el culpable de todos estos asesinatos, pero necesito que me ayuden a conseguir las pruebas necesarias para comprobar mi inocencia-

-con mayor razón necesitamos que despierte entonces, además de que necesitamos volver a casa a darle las gracias a su pareja, ella nos ayudó a localizarte-

-¿cómo lo logró?-dijo mientras zarandeaba a Sho, el que poco a poco fue despertando

                                                                   Flash back

Los tres chicos se encontraban frente a un computador mirando la pantalla. La única mujer del grupo estaba tecleando algunos códigos  en su computador mientras que el móvil de su pareja estaba conectado al mismo. Una vez Jun había perdido su teléfono y no lograba dar con él, por lo que había intentado utilizar el mecanismo que el aparato tenía entre sus funciones para encontrarlo, gracias a eso lograron dar con un paradero aproximado de dónde se encontraba el chico.

-ahí lo tienen-dijo la joven sonriente  mirando un mapa

-gracias cariño, vamos por él-

-ten mucho cuidado, toma, te doy esta dirección de la casa de verano de mis padres para que vayan allí si es que logran dar con su amigo... cuídense por favor-dijo muy preocupada-cuídalo por favor-dijo mirando a Aiba

-no te preocupes, yo cuidaré su espalda-


El galpón estaba a las afueras de la cuidad, la nieve todo lo cubría y lograron escabullirse por una ventana que estaba rota. Revisaron por debajo de cada una de las puertas que encontraron encontrando dentro de una de ellas a un joven bastante bien vestido mirando un computador, así que pasaron lo más silenciosamente posible y siguieron con su tarea hasta encontrar unos zapatos que les parecieron muy conocidos, lo que les llevó a abrir la puerta sin dudar.

                                                                       Fin flash back 



 

-¿qué pasa aquí?-sobando el lugar afectado-supongo  que ya estamos a salvo-

-no podemos estar tan seguros-dijo Aiba tomando una escopeta y colocándose en la ventana-nada nos dice que no nos hayan seguido. Mientras tu llamas a Keiko para darle las gracias  y pedirle ayuda para compilar pruebas yo me quedaré vigilando por si llegaran a venir por Jun-

-gracias chicos, gracias por creer en mi-

  

Jamás seré encontradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora