Ryan

2.9K 187 1
                                    

Nayara POV

Estúpida estúpida...

Recargue mi cuerpo en la puerta y lloré.

Lo perdí, acabo de perder mi única oportunidad de ser remotamente felíz. Acabó de rechazarlo, justo cuando me confiesa que esta sintiendo cosas por mi.

Escuché el golpe de la puerta cerrarse, avisando de su partida. Me dolió más escuchar el segundo golpe.

Se había ido.

Respira respira respira...

Senti mis ojos llorosos, pero contuve las lagrimas. Era una chica fuerte, era fuerte desde niña. Cuando me toco vivir los abusos de esos imbéciles.

Me trague el nudo en mi garganta y sali de cuarto, tome las cosas y ve vesti lo mas rápido que pudoe para salir de ahi.

*La vestimenta la dejo a su criterio

Cuando estuve lista, deje lo sobrante en la cama. Le regresaría más tarde la ropa y el calzado. No estaba tan loca como para salir desnuda.

Al salir cerre y fui directamente al ascensor, pero las puertas se abrieron y dejaron ver a un hombre sumamente atractivo.

Alto, rubio, ojos color miel, musculoso y sonrisa perfecta.

-Tu debes ser Nayara, Darey ha estado hablando mucho de ti- contesta alegre. Díos, hasta su voz es perfecta.

Siento mis mejillas calentarse, así que sólo agachó la cabeza y doy un paso atrás. Una corriente eléctrica recorre mi cuerpo al sentir sus largos dedos en mi mentón.

-¿Estás bien? Estas muy caliente, no me digas que pescaste un resfriado o una infección- ahora sentí su mano en mi frente. Volví a dar un paso atrás tratando de alejarme de su toque que me quemaba, como lo hace el de Darey.

Abri los ojos al darme cuenta.

Mierda y más mierda. Me gusta este tipo. Díos, apenas lo he visto unos minutos.

-¿Por qué te alejas? No voy a morderte... Solo si tu quieres-

¡Qué me pasa!

Nunca he sido una mujer cobarde, incluso e peleado con hombres en muchas ocasiones, y he ganado en todas.

¿Por qué este hombre, al que apenas he visto hace pocos minutos me pone tan nerviosa?

Lo que más me da miedo, es que ese casi la misma sensación que siento cuando estoy con Darey.

-Por cierto me llamo Ryan, soy el mejor amigo de Darey-

-Mucho gusto, y no te temo, Darey acaba de irse hace unos minutos. Gracias por todo- dije mirándolo a los ojos. Le dedique una sonrisa y camine al ascensor. Cuando estuve a punto de tocar el botón, siento su mano en mi muñeca.

-Antes de irte necesitas hacer dos cosas: la primera- dice alzando su dedo índice- Tienes que desayunar, y la segunda es una última revisión con este hermoso y talentoso estudiante de medicina-. No puedo evitar reír ante su forma de hablar.

Miro al suelo y me doy cuenta de que hay unas enormes cajas de pizza. Lo miro divertida y me volteó quedando frente a él.

-Esperó que al menos la mitad de esa caja sea para ti- digo divertida. Sonrio al ver como comienza a sonrojarse, desde su cuello hasta su nariz.

Suelta mi muñeca y se aclara la garganta. Se inclina para tomar las cajas y me sonríe aún sonrojado.

-Crei que aún se encontraría Darey, cuando estamos juntos comemos demasiado-. Mis ojos comenzaron a picar, sentí que las lágrimas comenzarian a caer en cualquier momento, asi que decidi darme la vuelta y caminar de vuelta a la habitación.

Senti sus pasos cerca, cuando abri la puerta y estaba dispuesta a entrar siento unos brazos rodearme y darme la vuelta para guiarme a la cocina. Lo pellizco en alguna parte del cuerpo, ya que mi espalda esta pegada a su pecho. Lo siento saltar y rio ante su acción.

Me suelta y me gira, tiene una sonrisa picara en su rostro.

-¿Acabas de pellizcarme el muslo?-. Sonrió y asiento divertida, su expresión es igual de diversión, pero lo veo dejar de sonreir al verme más de cerca.

-Qué te hizo el odiota de mi amigo- dijo serio. Lo mire unos segundos y agache la cabeza, me solte de su agarre y fui a sentarme en uno de los bancos de la cocina íntegral.

Lo oí suspirar y segundos después tenía un plato con una enorme rebanada de pizza. Lo mire y sonreí en agradecimiento.

-Gracias- dije, me miro y asintió.

Durante 10 minutos nos dedicamos a comer, sin decir nada. Era obvio que estaba molesto.

Claro que esta molestó idiota, Darey le dejo a una inmadura en su casa...

Me regañe a mi misma durante unos minutos, hasta que por fin decidí hablar.

-Él no me hizo nada, fui yo la que prácticamente lo corrió de aquí- comence a contar. Levante la vista y vi que habia dejado de comer para prestarme atención absoluta.

-Cuando termine de bañarme me encontro en ropa interior, y trato de tener sexo-

-Algo típico de Darey- me dijo serio. Asenti una vez y continúe.

-No lo sé, no lo conocí lo suficiente- dije igual de sería- el caso es que Darey me dijo... que estaba enamorado de mi-

-¡¿DAREY DIJO QUÉ?!-. Sonrei al ver sus ojos, parecia sapo.

-Dijo que estaba comenzando a enamorarse de mi, le dije que estaba confundida ya que nunca he amado a una persona y me encerre en el baño... Fin- dije sarcástica. Lo mire bufar y pasarse las manos por su cabello, se veia bastante frustrado.

-Si no fuera un caballero te diria muchas verdades niña- me dijo con el rostro rojo de la rabia.

-No soy una niña, y no te pido que seas un caballero, porque nunca he tenido la suerte de encontrarme con uno- dije en un susurro mientras me levantaba y llevaba mi plato vacio al lavabo para lavarlo.

-Me molesta que lo hayas rechazado de una manera cruel, ya ha sufrido mucho. No necesita que una niña consentida le rompa más el corazón-

-Puedo ser todo, menos consentida. No son los únicos en haber sufrido- contesté molesta.

-Por favor, mirate. Incluso tu forma de ser es obvia-

-Cree lo que quieras, me importa una mierda- di la vuelta y lo mire una última vez- Gracias por la comida- camine fuera de la cocina y me acerque al ascensor. Toque el boton varias veces, tratando de hacerlo funcionar de una vez. Pero nuevamente el chico tomo mi brazo y me llevó arrastrando a la habitación.

-¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?!- grite soltandome una vez dentro.

-Te dije que te revisaria la herida. No te muevas, traere una pomada para tu espalda-

Bufe molesta y fui a la cama. Decidi acostarme un rato, estos niños y sus cambios de humor.

Me acomode boca abajo y sin darme cuenta me quede dormida, pero lo último que pense fue el rostro de Darey...

Príncipe Negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora