En busca de mi Libertad #C12-16

26. ¿Juntas?

Better In Stereo – Dove Cameron

Emilyd

Ya ha pasado una semana desde aquel horrible día, los días han sido amenos y plenos al tener a Connor a mi lado, su voz ronca, su mirada hipnotizante, su tacto caliente y aquellos besos enloquecedores han colonizado cada momento de mis días, me es imposible apartarme de él, lo hago a regañadientes cuando van a hacerme estudios pero ya me considero adicta a él. Las noches son aterradoras, las pesadillas llegan sin compasión alguna haciéndome sufrir y devolviéndome a una realidad de la que he querido escapar...

Vuelvo a estar en aquella habitación, todo es oscuro excepto por una luz que la alumbra a ella, trato de moverme pero mi cuerpo no responde es como si algo me retuviera en el lugar, su voz y su mirada cínica retumban en mis oídos causándome un incesante dolor, luego un silencio aplastante reina el lugar y él está a mi lado, con sus ojos multicolores observándome con completa adoración pero cuando comienza a acercarse para tocarme ella aparece por detrás y lo apuñala, doy un grito que desgarra mis cuerdas vocales, una ira recorre cada centímetro de mi cuerpo y alzo mi vista hacia aquel monstruo que se ríe, ella se va alejando sin apartar su mirada de mí, evito su mirada y miro a mi lado el cuerpo de Connor, bajo su cuerpo se crea una gran mancha de sangre y noto como sus ojos pierden su habitual brillo, caigo de rodillas mientras escondo mi rostro en mis manos sintiendo un dolor que quema y quiebra todo en mí, quito mis manos y me paralizo al ver que Connor ya no está y su lugar fue tomado por Haven, en ese momento todo se nubla a mi alrededor y Rebeca vuelve sonriéndome, se acerca hasta mí y toma mi barbilla encajándome de nuevo sus jodidas uñas, trato de mover mis manos pero estoy encadenadas de nuevo, mi respiración se acelera a medida que la adrenalina y la rabia viajan por mi cuerpo mientras mi vista se empaña por las lágrimas que lucho por retener...

- Tú y yo somos lo mismo, mira como la rabia te carcome, hemos matado, hemos odiado y a la vez hemos amado con todas nuestras fuerzas... Pero al final del día siempre volvemos a ser monstruos, porque eso es lo que soy y eso es lo que eres — Las lágrimas caen por mi rostro impregnadas de rabia, esa rabia que burbujea en mi interior, quiero decirle que no... Pero sé que tiene razón, eso es lo que somos, eso es lo que soy.

Connor ha estado conmigo en las noches, cantándome y acurrucándome en sus brazos, brindándome esa paz que tanto necesito pero que se niega a llegar... El sonido de algunas gotas de lluvia cayendo sobre el vidrio de la ventana me hace volver a la realidad, apenas soy consciente de mi respiración acelerada y el sudor frío que baña mi frente, paso una mano y limpio el sudor escucho la voz del Dr. Tayler por el pasillo, recuerdo los miles de tratamientos y estudios que me han hecho en esta semana y los amenos que han sido, siempre ha estado a mi lado sonriéndome, es un hombre muy carismático y amable a pesar de que su mirada aun me sigue afectan de sobremanera.

Connor ha estado conmigo en todo momento, si fuera por él no me movería de la cama, ha estado al pendiente de mi salud y puedo asegurar que él sería un gran doctor... En especial por aquellos besos que me hacen volar y poco a poco han ido sanando las heridas de mi alma, hace dos días trato de hacer entrar a una persona que según él necesitaba hablarme pero no lo deje, no quiero saber nada de nadie solo quiero estar a su lado y disfrutar de esto que ambos sentimos, aun no sé qué somos, no me ha pedido ser su novia pero tampoco necesito que lo haga, esto que somos ahora, lo que sea que sea esto, me fascina.

Me pongo de pie y camino hacia la ventana, pongo mi palma contra ésta y el frío cristal envía un escalofrío por todo mi cuerpo, con mi dedo sigo el camino de una gota de lluvia que resbala por el cristal hasta precipitarse por los aires, las personas son como las gotas de lluvia, crecen y se sienten invencibles, capaces de derribar el más fuerte obstáculo cuando llegue pero llega el momento en que caen de la nube en la que siempre han residido y se precipitan por los aires, estrellándose contra la realidad...