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Le entregó a uno de los guardaespaldas que estaban en la puerta el café ya que le tocaba noche de vigilancia. Cerrando la puerta tras de sí, allí estaba el panorama: Ninguno había aceptado irse así que, mientras Sophia se fue a trabajar con otro guarda y Connor, ella estaba viendo como su hermana terminaba de ponerse la chaqueta. Sacó su pelo de dentro mientras se dirigió a ella.

- Con estos dos, no creo que te pase nada. Han puesto las mismas medidas que hace un año.- los miro a ambos y los señaló.- Como os paséis de la raya os arranco los pelos y no exactamente de la cabeza, ¿Estamos? - le plantó un beso en la frente a su hermana a lo que ella puso cara de asco.- Sophia estará bien, te lo prometo.

Le importaba mil veces más como estuviera su amiga que ella, todo había que decirlo. Había pasado una semana de lo sucedido. Con otro muerto en las mismas condiciones, hallado con la mariposa en la boca, a Lindy le daban ganas de correr. Pero ahora mismo el asesino le preocupaba poco, tenía bastante con Tommy sentado en el sofá arma en mano y Sebastian perdido en sus pensamientos mirando la ventana. Se acercó hasta la cocina para coger el móvil que vibró un momento.

" Esta noche estás preciosa Lindy, nunca pensé que el rojo te quedara tan bien."

Asustada, el móvil temblaba en su mano hasta que cayó, en el instante se acercó a Sebastian para cogerla en brazos, no se desmayó de milagro. Tommy, mientras tanto cogió el móvil del suelo para ver el por qué pero se hacía una ligera idea.

- ¿Te encuentras bien?- Pasó sus manos por el pelo que estaba en medio de su cara, echándolo a un lado.  Se pudo notar el contacto debido a que la piel de Lindy se estremeció y solo asentía. 

Tommy carraspeó ante tal escena haciendo que la distancia se hiciera visible. Sebastian se acercó hasta su lado.

- ¿Cómo puede saber eso en este mismo momento? - espetó.- Podríamos rastrear la señal. ¿Hay algún ordenado a mano? 

- Escúchame querido Hacker, no lo ha rastreado una unidad cibernética en un año, lo vas a hacer tu en dos horas.- se cruzó de brazos frente a él. Había una distancia mínima pero Lindy no quería heridos esa noche. 

- En mi habitación, final del pasillo a la izquierda.- le sonrió dulcemente hasta que despareció. Se puso frente a Tommy hasta darle un puñetazo en el brazo, respondiendo llevándose la mano ante este.- ¿Se puede saber que pasa contigo? 

- ¿Qué que pasa conmigo? Pregúntale a ese que se te ha tirado encima.- levantó el brazo hacía la puerta donde se había ido.

- Se llama "ayudar", cosa de la que ni te has molestado.- la voz estaba enfadada, notaba como se ponía nervioso dando leves toques en el suelo su pie. Se alejó hasta la posición donde estaba antes su compañero.- Si vas a tener rencor por el simple de hecho de haberme ido, me parece perfecto pero no me fui por que me diera la gana, quería respuestas y contigo jamás las encontraría.

- No pensé que tuvieras uno de estos...- se cayó al notar ese ambiente.- ¿Pasa algo?

- ¿El que? no, no está bien, se ha agobiado como la última vez.- se le oyó bufar.- Emm, bueno, ¿Qué dices que vas a hacer con eso?

El móvil vibró de nuevo a lo que los tres se miraron preocupados. Se acercó y leyó el mensaje en alto.

"Vamos Lindy, tu puedes con estos dos patanes además de que no te sirven para nada. ¿Y si te dijera que puedo matarlos?"

El silencio volvió a la sala. 

"¿Y si ti dijera que solo puedes quedarte con uno? Vamos Eye-Candy, usa el cerebro en vez del ordenador. Salva a los dos escogiendo a uno, tienes hasta que las dos o si no... "

Era, hasta el momento, el mensaje más largo. Rápidamente, el corazón se le aceleró tenía como una hora. 

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Se tomó la última copa, mirando a su alrededor desde la barra. Todo había que decirlo, la cosa estaba tranquila y eso era lo que la animaba a que todo siguiera así. Connor volvió hacía ella suspirando.

- ¿Que tal Julietta?- Dio un trago.- ¿Has conmovido ya a Romeo?

- Romeo ya tiene otro, me tendré que beber un Martini más. ¿Dónde está Sophia?

Al poco, los gritos de una chica que salía de uno de los baños la alertaron a ella y su compañero, pistola en mano, la gente les dejaba pasó hasta dentro lo que hubiera pasado, otro grito ahogado se oyó dentro, otra chica estaba en una esquina, no podía moverse debido al shock por lo que la sacaron. Con arma en mano, volvió a pasar aunque ya no valiera en vano la defensa. Tirando la pistola al suelo, se apoyó en la pared de enfrente. Sus lágrimas brotaban. Esto no podía estar pasando, esto era una broma pesada. Ojala y lo fuera. 

Rogers, su compañero pasó dentro hasta encontrarse con ella, con Sophia tirada el suelo. La marca de estrangulamiento estaba ahí junto a la mariposa en la boca. Se acercó para verificar que era ella, llamó a la policía dejándola sola. Al poco pasó Connor, que se quedó parado, no sentía nada ,el corazón no le latía con ella. La lágrimas brotaban entre ellos, se sentó a su lado, abrazándola. 

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Dieron dos toques a la puerta cuando estaban terminando de buscar algo. Fue a abrir hasta encontrarse con Rogers. Tenía los ojos rojos de hinchazón. 

- ¿Lindy? Lo siento...- dijo lo más bajo que pudo.- Hemos encontrado a Sophia asfixiada en un de los baños, tenía la mariposa y...

Miró la hora del reloj, las dos y media. Eso no era lo acordado. Las lágrimas caían sin cesar hasta el punto de llegar al suelo, pero estaba vez no era Sebastian quien estaba ahí para ayudarla. Los brazos de Tommy la rodeaban fuertemente, notando como su pecho se manchaba de agua. En aquel instante, el ordenador de Sebastian recibió una alerta a la que respondió abriendo.

" Espero que no malgasté muchos sus lágrimas, o escoge o seguirán muriendo. Si no estuvo con quien debía, tampoco puede estar con dos a la vez. "


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