-¿Es que acaso tienes hambre o acostumbras a robar comida?-habló comicamente Luke, quien seguia riendo por las acciones de la peliazul.
-Si tengo hambre, además, ¿Siempre preguntas tantas preguntas?-dijo cómica Leo mientras terminaba de digerir el bocado de papas.
-Y ¿Por qué no comes algo?
-Olvidé mi dinero-respondió lanzándose de hombros, era normal en ella, olvidaba todo en casa siempre.
-Pues toma entonces, no quiero que mueras de hambre-dijo luke mientras partía la mitad de su club sándwich y lo deslizaba al otro lado de la mesa hasta llegar a las manos de Leo.
Ella después de agradecer, devoró, literalmente la mitad del sándwich, no iba a engañar a nadie, moría de hambre, mientras tanto, Luke observaba con fascinación los movimientos de Leonor, a él le encantaba la naturalidad de la chica, a quién no le importaba lo que pensaran de ella, ella tenia hambre y eso era lo mas importante para Leonor.
Dos horas, tan solo dos horas desde que ambos jóvenes se conocían, mas habia algo en ellos que lo atraía el uno al otro.
A Leo le gustaba la sonrisa de Luke, y mas que todo le encantaba su cabello y su fina y muy respingada nariz. A él le encantaba el cabello, los ojos y la peculiar y linda personalidad de Leonor, su querida Leonor.
La peliazul terminó la mitad de su emparedado en un santiamén, dejando residuos del aderezo del mismo en la comisura de sus labios. Al rubio le enterneció la imagen frente a él, Leo sonreía ampliamente ganándose una sonrisa por parte de Luke, quién tomó una de las servilletas que estaban sobre la mesa y se inclinó sobre la misma para limpiar los bonitos labios de la pequeña, la pequeña que traía loco completamente a Luke Hemmings, loco como ella.
