El Dragón y La Serpiente

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Lo había visto todo, con la varita que Dumbledore le entregó dos años atrás había encantado al espejo para mostrarle lo que pasaba en el mundo, fuera de la miserable torre en la que estaba encerrado, lo había visto todo, A su amigo recuperando un misterioso anillo que resultó ser un horrocrux, la espada capaz de destruirlos, la maldición de la que Dumbledore fue victima, al profesor Severus Snape conrolando la maldición que causaria su muerte inminentemente, la batalla contra los inferius en el lago, como Dumbledore aún con su salud deteriorada fue capaz de salvar una vez más a Harry Potter, incluso cuando Snape, el mismo profesor que habia controlado la maldición de Albus, termino asesinandolo en una batalla en el colegio Hogwarts. Grindelwald estaba devastado tras la muerte de su amigo, pero el no podia hacer nada, no encerrado con tantos encantamientos en esa torre, su aspecto habia mejorado mucho respecto al de dos años atrás, pero seguia siendo solo un espectro de lo que fue en sus mejores días, pero hubo un hecho en particular que lo sorprendió, tras la muerte de Dumbledore,  Grindelwald había puesto especial atención en Harry Potter, el niño que según la profecia podria derrotar a Voldemort o ser derrotado por éste, ese muchacho estaba al corriente con la información que él le habia compartido a Dumbledore sobre los horrocruxes, había destruido uno y tenían en su poder otro, sin embargo, él y sus dos amigos tambien estaban enterados de la existencia de las Reliquias de la Muerte y la relación que existió en el pasado entre él y Dumbledore,  sin embargo, ellos no eran los únicos que conocian la existencia de las reliquias, Voldemort estaba buscando una en particular, y él sabia que vendria a visitarlo en cuanto siguiera el rastro de sangre que la varita de sáuco  dejaba al cambiar de mano en mano, y efectivamente ese día llegó:

Grindelwald se encontraba durmiendo cuando una destello de luz ilumino por completo la torre donde se encontraban, Grindelwald se levantó y lo vió: Alto, Blanco, con ojos rojos y rendijas en lugar de nariz, terriblemente parecido a una serpiente, Lord Voldemort se encontraba en su celda apuntandole con una varita, Grindelwald sonrió y comenzó:

- Sabía que vendrías en algun momento, Riddle, pero tu viaje ha sido en vano, yo no la tengo-

-No trates de engañar a lord Voldemort, Grindelwald, no aquél que siguió tu mismo camino y te superó en tu propio juego, no ha habido ni habrá mago mas poderoso que yo- respondió Voldemort , molesto al escuchar su nombre muggle

Grindelwald sigió con su sonrisa burlona y contestó_

- No te atrevas a compararnos Riddle, yo no soy  cobarde como tú, yo no le temo a la muerte, al contrario mi intención no era evitarla, era superarla, algo con lo que tú, jamàs podrias competir-

Voldemort estalló en furia

- ¡Crucio!- exclamó

Grindelwald comenzó a retorcerse de dolor por toda la celda, sorprendentemente seguia riendo hasta que el dolor cesó

-¡ Tu no eres nada, NADA! al lado del gran lord Voldemort, el señor tenebroso, aquél que logro cosas que ni Dumbledore ni mucho menos tu soñaron siquiera con conseguir-

Grindelwald sigió riendo y contestó:

- Yo tuve el valor de enfrentarme al mago del que tu siempre te escondiste...-

-¡CRUCIO!-

- Yo logré conseguir la piedra filosofal antes de que Dumbledore la consiguiera al ganarme el duelo mientras que tu Riddle, fuiste detenido por un niño de 11 años en tu intento...-

-¡CRUCIO!-

-  Pero lo más importante Tom, yo fui amo y señor de la varita de sáuco hasta perderla en el duelo, algo que tu no conseguirás, esa varita jamás sera tuya ¡JAMÁS!- reafirmo Grindelwald mientras trataba de recuperarse del terrible dolor de la maldición torturadora

-¡CRUCIO!- volvió a gritar Voldemort - ¿Como pudiste Grindelwald? ¿Como pudiste perder contra el? ¿Teniendo la varita mas poderosa del mundo fuiste tan patetico, tan miserable para perder el duelo, para no pelear con todo el poder de la varita solo porque aun lo considerabas tu amigo?-

Voldemort estaba completamente fuera de si cuando de repente cayó en la cuenta, la varita fue perdida por Grindelwald en el duelo ante Dumbledore, solo había un lugar en el que podia estar ahora, enterrada con éste

Grindelwald yacía en el piso, completamente lastimado por el efecto de la maldición y Voldemort sonrió, Gellert comprendió entonces que Voldemort ya conocia el paradero de la varita de sáuco

- Jamás será tuya, ¡Entiéndelo!- esclamó desesperado

- Hay una similitud mas entre Albus Dumbledore y tu Grindelwald, ninguno tendrá el honor de ser asesinado por mi, a Dumbledore lo mató Snape y tu...-

Voldemort hizo una señal hacia atrás y susurró:

-Avery, ¿te molestaria encargarte? tengo asuntos que atender-

- Descuide mi señor, yo me encargaré de terminar con éste- respondio Avery mientras sacaba su varita

-Muchas gracias Grindelwald- añadió Voldemort y acto seguido desapareció del lugar

Grindelwald comprendió entonces que al llegar Voldemort todos los hechizos que lo mantenian cautivo habian sido desactivados, de lo contrario jamás hubiera podido desaparecerse en la torre

Avery apuntó a Grindelwald con su varita y comenzó:

- ¡Avada ked..!-

Pero Grindelwald fue mas rápido, con un movimiento de la mano Avery salió disparado contra la pared de la celda y al igual que los otros  dos enmascarados detrás de el

Los tres mortifagos se recuperaron pero era tarde, Grindelwald estaba delante de ellos y los apuntaba con la varita que Dumbledore le habia regresado en su última visita

Los  dos enmascarados atacaron a Grindelwald quien bloquó los hechizos y con una rapidez impresionante los desarmo a ambos para despúes simplemente mandarlos al precipicio con un simple movimiento de la varita, acto seguido, Grindelwald bloqueo la maldición que Avery le lanzó por la espalda y lo desarmó, sonriendo lo apunto con su varita:

-¿Por la espalda Avery? Esperaba que fueras mas valiente que tu amo-

Avery fue incapaz de responder, el terror se habia apoderado de su cuerpo

Grindelwald sigió sonriendo y añadió:

-Por el bien de todos, ¡Avada Kedavra!-

Un chorro de luz verde iluminó la celda y Avery cayó inerte en el destartalado catre en el que Grindelwald solia dormir,  volteo a la ventana destruida de la celda y sonrió una vez más

Gellert Grindelwald estaba libre.

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Gellert Grindelwald, el mago que se arrepintióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora