Gellert Grindelwald, el mago que se arrepintió

Un aliado inesperado

Grindelwald llegó al castillo cuando la batalla ya había comenzado, los mortifagos, gigantes, dementores, hombres lobo, acromántulas y otras criaturas tenebrosas intentaban por todos los medios penetrar las defensas de Hogwarts que los miembros de la orden del fénix, personal docente, alumnos mayores, thestrals, hipogrigos y algunas acromántulas aún leales a Hagrid habian preparado, Grindelwald sabía que el niño que vivió estaba aun dentro del castillo buscando el último Horrocrux, y hasta donde tenía entendido la serpiente de Voldemort también era uno.

Voldemort nisiquiera estaba molestandose en pelear, el sabia que si quisiera todos los hechizos protectores de Hogwarts hubieran caido ya, además tenía la varita de sáuco, y por mucho que gracias a la profecia y a Albus Dumbledore, Harry Potter hubiera conseguido escapar de el tantas veces, tambien sabia que si bien el chico era un mago súmamente hábil, no era rival para el gran Lord Voldemort. Sentado, acariciando a Nagini en su regazo, el señor tenebroso hizo un balance de sus fuerzas, Bellatrix Lestrange, Severus Snape, Lucius Malfoy, Rookwood, Rabastan y Rodolphus Lestrange, los hermanos Carrow, Yaxley, y otro elevado numero de mortifagos de una calidad mucho menor a los nombres mencionados, pero aún asi, eran muy superiores a los miembros opositores, Harry Potter y el resto de estudiantes no representaban  ninguna amenaza para ellos, Sirius Black y Alastor Moody ya estaban muertos, Lupin y Tonks que si bien eran hábiles magos estaban muy por debajo al nivel de Moody y Black, Voldemort sonrió exceptuando a Minerva McGonagall y Kingsley Shacklebolt, ningun miembro defensor de Hogwarts era un oponente peligroso para sus mortifagos. El señor tenebroso ordenó un cese al fuego para ordenar que le entregaran a Potter, Grindelwald aprovechó el momento y susurró:

- Expecto Patronum-

De la varita de Gellert emergió un dragón plateado que se convirtió en una pequeña brisa plateada y se dirigió al castillo

Dentro del colegio, los defensores de Hogwarts atendian a sus heridos y honraban a los caidos, McGonagall estaba muy preocupada, había conseguido hechar a Snape y los Carrow del castillo pero habian sufrido numerosas bajas, entre ellas Lupin, Tonks y Fred Weasley, habian perdido tres de las piezas mas importantes y no podrian impedir más la entrada de los mortifagos al colegio, ya que Voldemort habia avisado que esta vez el mismo entraria en la pelea,  y para empeorar la situación no tenía idea del paradero de Harry Potter.

McGonagall estaba desesperada buscando una manera de solventar la situación cuando un halo de luz plateada entró por la ventana, al colocarse delante de ella, se materializó un dragón plateado que habló  y al hacerlo reoconoció con temor esa voz, una voz que escuchó en un terrible duelo de magia que presenció cuando ella era muy joven:

- Busca a Potter, Yo lo detendré Minerva, por el bien de todos, por Albus...-