La Sirvienta Favorita

Capitulo Doce.

Capitulo Doce.


Seguimos comiendo y de vez en cuando hablábamos, cuando al fin terminamos de comer, recogí todo y fui a mi habitación a descansar un rato.

Seguí haciendo mis deberes y ayudando a los demás toda la tarde, hasta que se hizo de noche y todos se fueron a las 6. Al rato llego Justin contentó.

-______, estás aquí… -Dijo sonriente. –

-Ehm, ¿sí? –Dije extrañada. –

-¿A que no sabes? –Dijo mientras se sentaba en el sofá. – Mi socio y yo cerramos un contrato hoy con una gran empresa. –Dijo feliz. –

-¿En serio? Felicidades. –Le sonreí. –

-Es genial. –Dijo y me abrazó haciendo que yo cayera encima de él. Quedamos viéndonos unos segundos, sentía su respiración un poco agitada. Él sonreía al igual que yo. Él se fue acercando a mí, hasta que escuchamos un ruido y rápidamente nos separamos. –

-Perdón. –Dijo Jeremy sonriendo. –

-No se tiene porque disculpar. –Dije un poco nerviosa. – Es mejor que me vaya. –Dije y camine lo más rápido que pude. –

-_____, ven acá. –Dijo Justin. – Mi mamá me había dicho que querías hablar conmigo al mediodía. ¿De qué se trata? –Preguntó mientras se levantaba y se acercaba a mí. Luego hizo que subiéramos las escaleras hasta su habitación. –

-¿Por qué me tenías que traer aquí? –Pregunté un poco incómoda. –

-Quería hablar contigo a solas, solamente. –Dijo mientras se sentaba en su cama. –

-Bueno, es que Pattie me hablo sobre que tu no los dejabas salir de aquí. –Dije y él su humor cambió rápidamente. Me senté al lado de él. – No te molestes, ¿bien? –Él solo suspiró. – Les prometí que algún día los sacaría a pasear un rato, a que volvieron a ver la ciudad. –Lo miré sonriente. –

-Pues, no debiste prometer nada, ____. No quiero por nada del mundo que salgan de aquí. –Dijo molesto. –

-Justin, estás siendo egoísta con tus padres. ¿No ves lo que haces? Cometes un gran error en no dejarlos salir. –Dije molesta. Lo miré mal. –

-No me mires así, _____. No es de tu incumbencia.

-Si es de mi incumbencia, Bieber. Y te miró como quiera. Te lo diré una sola vez, estás cometiendo un error. –Lo miré nuevamente. – Es que no sabes lo emocionada e ilusionada que estaba cuando le dije que la sacaría de aquí y pasearíamos, y se emocionó más cuando le dije que hablaría contigo y que tal vez te animarías a salir con nosotros. –Dije y sonreí. Luego esa sonrisa se esfumo. – Pero eres un egoísta. –Dije molesta y salí de la habitación. –

Fui a mi habitación ya tranque con llave, a los minutos sentí como tocaban.

-_____, ábreme, demos hablar. –Dijo tocando fuertemente. –

-No. –Respondí molesta. –No quiero hablar, déjame.

Luego no volvió a molestar, tal vez, se había cansado de insistir. Decidí irme a bañar así que me quite la ropa y la metí en la cesta de ropa sucia, busque la piyama que pondría cuando iba a entrar al baño, escuche que abrieron la puerta. Era Justin.

-__________. –Me miró de pies a cabeza. Se puso rojo rápidamente. –

-Justin… -Dije poniéndome la toalla. - ¿Qué haces? –Lo miré. –

-Que-quería hablar contigo. –Tartamudeó. – Pero veo que
entre en mal tiempo. –Dijo nervioso. –

-Sí lo hiciste. Es mejor que te vayas. –Dije molesta y di un portazo a la puerta del baño.-

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