La Sirvienta Favorita

Capitulo veintiséis.

Capitulo veintiséis.

A la mañana siguiente.

Al despertarme, noté que Justin y yo nos habíamos quedado dormidos en el sofá de la sala, él seguía durmiendo y al parecer era tarde. Los empleados nos miraban extrañados, menos Paola y María que ellas sospechaban desde un principio lo que sucedía entre Justin y yo… aunque ni él ni yo sabíamos en lo que realidad pasaba.

-Justin despierta. –Le susurré al oído. Él sonrió. –

-Deja de decir cochi… -Susurró con los ojos cerrados. Al moverme un poco sentí como Justin tenía su pene duro. Lo apreté y él soltó un gemido. –

-¡JUSTIN! –Le grité. Él se levantó exaltado. –

-¿Qué sucedió? –Exclamo mientras tenía la respiración agitada. –

-¿Qué estabas soñando? –Le pregunté frunciendo el ceño. Él abrió los ojos como si fueran grandes platos. –

-¿Por qué preguntas eso? –Preguntó. –

-Pues… -Le apreté nuevamente el pene y él nuevamente gimió. – Lo tienes duro. –Reí. – Aparte dijiste ‘’Deja de decir cochi…’’ y no terminaste siquiera la frase. –Rodee los ojos. –

-_____, ¿por qué quieres saber que soñé? Solo te diré que fue un sueño mojado y ya. No diré detalles. –Se sentó mientras me miraba pícaramente. – Y deberías dejar de tocar mi pene. –Frunció el ceño. Yo solo reí. –

-Sé que te gusta. –Seguía riendo. Él solo se acerco y me robo un corto beso en los labios. – Justin… ¿No deberías estar en la empresa? –Pregunte extrañada. –

-Me daré un tiempo… Dejaré a Ryan encargado de la empresa, él es de confianza. –Me sonrió. –

Paso la mañana, los dos nos sentamos a desayunar mientras hablábamos animadamente, a los minutos de haber estado desayunando habían llegado los padres de Justin. Cuando al fin, terminamos de desayunar, nos preparamos para salir, habíamos quedado en que iríamos al restaurante a ayudar a las chicas. Subí hasta mi habitación y busque mi teléfono. Tenía un mensaje de Ally.

Mensaje.

¿Cómo te va, ___? De seguro ya deben estar intercambiando saliva. Bueno… me preguntaba si podías ir mañana a comprar unas cosas para el restaurante.

Besos, Ally.
Me lo había mandado anoche, una sonrisa se asomo por mis labios, había acertado en que ya habíamos estado besándonos. Fui hasta la habitación de Justin, que se encontraba sentado en su cama en bóxers mientras se sobaba el cuello, él me miró y sonrió. Se levantó y se acercó lentamente hacía mi, se veía realmente sexy. Al terminar de acercarse, me tomo de la cintura delicadamente y se acercó hacía mi rostro. Lo tome del cuello, y él se inclinó más mientras yo me puse de puntillas. Lo besé suavemente, nuestros besos eran más que todo delicados, nuestros labios se acoplaban perfectamente, como si fueran hechos para los dos. Al separarme los dos nos sonreímos complacidos del besos.

-Nuestros besos son perfectos… -Sonrió Justin, yo me sonroje. ¿Cómo simples palabras podían hacer esto en mí? –

-Lo sé… -Le sonreí. - ¿Qué te parece si vamos hacer compras? –Lo miré tiernamente. Él abrió los ojos. –

-No. La última vez acabe agotado. –Rodeo los ojos. –

-Iremos solo tú y yo, amor. –Pestañee rápidamente. Él sonrió. –

-¿Me dijiste ‘’amor’’? –Me agarró de las mejillas. Yo me sonroje, si le había dicho ‘’amor’’. –

-Sí, ¿no te gusta? –Puse la cara triste. –

-Me encanta. Me encantaría que siempre me lo dijeras. Que yo solo fuera tú amor, de nadie más. Que me despertaras diciéndomelo, que me lo susurraras, que siempre lo hagas… -Decía mientras luego se acercaba a mí rápidamente a besarme. Luego de unos minutos, nos logramos separar. –

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