Capítulo 8

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Odiana y Laura fueron al hospital muy temprano. Estaban en la sala de espera y no podían estar más nerviosas. Laura se mordía las uñas y Odiana hacía ruido con el tacón en el suelo cuando una enfermera las llamó. Pasaron a una sala totalmente blanca y una doctora le señaló a Laura que se acostara en una especie de camilla. Ella lo hizo y Odiana se sentó en una silla de madera a su lado.
-Bueno, te explico. Te voy a poner un líquido frío en la barriga y luego pasaré este aparato por encima y veremos a tu bebé en esta pantalla. -Dice señalando una pequeña pantalla colgada de la pared frente a ellas.
Laura asiente y la mujer le extiende el líquido.
-Dios... ¡Qué frío está! -Se queja ante las risas de su amiga y la doctora, que le pasa la máquina por encima. No duele.
-Mira -Dice ella señalando la pantalla. -Ese es tu bebé. Por lo que se ve es una niña y lleva ya un mes y algo de embarazo. Dentro de poco te empezará a salir algo de panza. Pero es normal. Si quieres evitar estrías te recomiendo comprar una crema desde ya.
Laura asiente, se limpia y se baja la camisa. Iban caminando hasta el apartamento cuando Laura la miró.
-Me pidió matrimonio... -Dice en voz baja. -Dijo que cuando el bebé esté cumpliendo un año con casáramos.
Odiana se para en medio de la calle y la mira con los ojos muy abiertos.
-¿Primero un bebé y ahora te casas? -Le pregunta casi gritando. -Estás loca.
Se empieza a reír y Laura la imita.
-Puede ser, pero yo le amo de verdad.
Odiana sonríe y pone ojos cariñosos antes de darle un abrazo y desearle suerte. Pero cuando vuelven a caminar ven un centro comercial y entran a por cosas para la niña.
-¡Oh, Dios...! -Grita de pronto Odiana.
-¿Qué pasa? -Pregunta Laura que corre hacia ella preocupada.
Odiana está mirando un pijama de disney, pero no un pijama cualquiera. Uno de olaf.

 Uno de olaf

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-Dios mío... -Dice Laura emocionada.
-Se lo voy a comprar. ¿Te gusta Olaf, Devora? -Le pregunta Odiana a la barriga de Laura.
-¿Cómo sabes que ese nombre será el que elija?
-Bueno, siempre te ha gustado.
Salen de la tienda discutiendo sobre si ese será el nombre final o sobre si el padre querrá otro. De pronto Odiana se para con la boca abierta y los ojos llorosos. Un chico está besando a una pelirroja. Un chico con muchos tatuajes. Es Daniel. Una lágrima se resbala por su mejilla.
Aquellos "te quiero", aquellos abrazos, aquellos besos... Nada significo para él...
Laura se dio cuenta y se la llevó empujándola suavemente. Al llegar a la calle llamaron a un taxi que en menos de cinco minutos las llevó al apartamento. Cuando llegaron Odiana fue corriendo a su habitación, se quitó la ropa, se puso una camisa larga y empezó a llorar. Una cabeza asomó por la puerta y entró despacio. Luego se subió a la cama con ella y le lamió la mano. Luego le restregó la cabeza contra las mejillas mojadas. Como si quisiera limpiarla.
-Bol... ¿Tu nunca me dejarás, verdad? -Dice abrazando al cachorro.
En ese momento entró Laura a la habitación y se sentó a su lado.
-D acaba de llamar. Dice que te vio llorando en el centro y pregunta si estás bien. Le dije que si la pelirroja estaba bien y le colgé.
Odiana asiente con la cabeza y se limpia la cara con la mano.
Ese idiota no merece que llore por él...

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