Artificio

Hora del Espectáculo

La vi ahí parada frente a mí, nunca pensé que me daría miedo ver a mi propia hermana —Mabel? —ella no me contestó simplemente se quedó parada ahí mirándome con aquellos ojos sin expresión alguna, en su rostro se posaba una ligera sonrisa diferente a las usuales, era tan sarcástica, su vestimenta tan discordante a lo habitual, una blusa de holanes color blanco, una falda larga con una abertura en los lados hasta la rodilla, es algo que no usaría, demasiado formal para sus gustos.

—Ven conmigo —abruptamente su voz se escuchó, rompiendo el incómodo silencio que se había formado, no me fiaba de aquello, era ella pero no se sentía como si lo fuera.

—yo... —no sabía bien que estaba pasando, era mi hermana ¿no tendría que desconfiar verdad?, di un primer paso acercándome, simplemente estoy exagerando, un cambio de vestimenta no significada nada, de hecho sonaba muy a Mabel, hacer aquello solo para despistar, sonreí un poco resignado por mi paranoia.

—Sabes que no debiste salir, por un momento te desconocí —quería darle crédito por el hecho de asustarme de esa manera, mi hermana siempre es inesperada debo admitirlo, no recibí respuesta alguna, ella comenzó a caminar y simplemente la seguí un tanto extrañado.

El silencio no era algo que se formara cuando estaba Mabel sin embargo todos mis intentos simplemente eran en vano, no me contestaba como siempre, sujeté su hombro y la detuve.

—No es la dirección correcta Mabel —esta vez quería respuestas.

— ¿Te sucede algo?—le di la vuelta ahora sujetaba sus hombros con suavidad, mi cara estaba demostrando la angustia que tenía al verla actuar tan diferente de ella misma, miré a mi alrededor estábamos muy cerca del bosque y no era bueno, la tomé de la mano y emprendí el camino a casa de Gideon, donde estábamos medianamente a salvo, no estaba de hecho muy lejos, nos haríamos unos cinco minutos es por eso que al principio pensé que estábamos yendo para haya, no sé qué tiene pero lo platicaremos cuando estemos ahí.

Sin embargo se negó a caminar conmigo —tienes que venir —tiro de mi brazo, intentando llevarme a un lugar, pero tampoco cedí.

—Sabes que no es momento de jugar a esto— estaba asustándome, quería entender el ¿Por qué de su actitud?, pero no podía.

—Eres demasiado necio— me soltó y su voz volvió a sonar como lo haría normalmente, hizo un puchero de molestia, solo me reí por su actitud.

—Sabes bien a qué se debe, no podemos estar afuera tanto tiempo, si estuviera Gideon podríamos... — ella me miro confundida.

—No lo necesitamos sabes, no es como si él tuviera una idea de qué hacer si alguno de los dos es capturado o si esa persona se presenta y decide entrar a la casa— ella jugó con sus dedos, en cierta forma tenía razón sin embargo no me fiaba de mis pobres habilidades, aunque por petición del tío Stan aprendí Box, de nada servía contra alguien que con una sola mano podía tirarte al piso y romperte todos los huesos con solo esa acción.

—Puede ser verdad, pero es mejor estar todos— Sonreí amablemente y ella me abrazo con fuerza.

—Vamos Dipper, solo quiero mostrarte algo, no tardaremos— suspire, bien no perdíamos nada ¿cierto?, asentí con suavidad y me deje guiar por ella, teníamos algo de tiempo, antes de que Gideon se diera cuenta que no estábamos en casa, él se quedó haciendo inventario, me adelante para estar con mi hermana y que no estuviera sola, espero no arrepentirme de esto.

Caminamos un poco más, tenía un malestar en el estómago, eran nervios, pensé en decirle que regresáramos una vez más pero su persistente caminar y su mano agarrada a la mía me hacían dudar, suspire con resignación, creo que debo tener más temple frente a ella.