-¡MUERE ZOMBIE MUERE!-gritó con la ballesta en la mano de mi personaje.
Mientras los zombies van aumentando y nos persiguen a mi y a mis compañeros. Juego durante horas aprovechando que mis padres trabajan de noche. Y sin darme cuenta me quedo do...
-Bienvenidos alumnos, tengo una noticia muy importante que daros. El St. Bede's College ha tenido un problema con las cañerías.
-Y luego dicen que nuestro instituto es viejo...-dice Astrid resoplando.
Se escuchan varios murmullos pero el director los manda callar. Al parecer ya todos nos imaginamos lo que va a pasar.
-Alumnos, por favor,¡¡¡silencio!!! Como iba diciendo, los alumnos de St. Bede's College pasarán con nosotros unos días, hasta que lo arreglen todo. En un principio, pasarán con nosotros dos semanas. El lunes llegarán y para dar buena impresión tendrán que llevar el uniforme de los viernes para todos los días, hasta que se marchen.
En seguida se empiezan a escuchar las quejas como...
-Eso no puede ser, nosotros tenemos nuestro propio estilo no podemos ser réplicas.-Dice Claudia.
-Con eso no se puede hacer ejercicio.-Grita el capitán del equipo de baloncesto. Y con él se unen varios deportistas más.
Se escuchan muchos gritos con quejas, hasta que de repente se escucha:
-¡¡¡¡¡UN RATOOOOON!!!!!
La gente asustada empieza a gritar y con esto las fresas se suben a los asientos, gritando que sea atrapado, mientras que Luke y Astrid se ríen.
Yo me levanto en busca de Mikey el hámster de la clase de biología, lo encuentro en un rinconcito asustado.
Lo cojo con cuidado para seguidamente escuchar:
-La patosa tiene al bichooo...
Bufo, la fulmino con la mirada y junto con la profe de biología, que ya ha llegado, lo llevamos al aula de vuelta, al parecer se había escapado.
Cuando regresamos al auditorio el director sigue hablando:
-Debéis ayudarlos en todo lo que podáis y no tenéis que hacer ninguna travesura.
-Eso ya lo veremos.-Susurro para mí misma.
Cuando termina de hablar nos dirigimos cada uno a nuestra respectiva aula.
Las clases pasan entre quejas y discusiones, enfrascados en un debate interminable.
Al sonar el timbre me dirijo a mi taquilla para recoger mi skate. Voy hacia la salida y una vez allí me despido de mis amigos.
De camino a casa me cruzo nuevamente con los mismos ojos azules de esta mañana.
-Maldito pijo.-Pienso.
Este se me queda mirando, lo cual esto provoca que él al estar mirando hacia atrás, no se da cuenta que por delante suya pasa un señor y se tropieza con éste haciendo que los dos caigan al suelo. El señor se levanta quejándose y diciendo:
-Los niños de hoy en día no tienen respeto a los mayores, ya no saben ni por donde van...-Se calla de repente al ver que la dentadura se le sale de la boca. La coge y se larga.
Veo al Pijo haciendo muecas de asco al ver que la saliva del viejito le ha salpicado. Y sin más, sigo mi camino riéndome de éste.
Llego a casa y de nuevo me he olvidado las llaves y de repente, se me enciende la bombilla y recuerdo que siempre hay una copia de llaves debajo del felpudo.
Ya lo habrías podido recordar ayer. Dice Diana.
-Cállate al menos yo lo he recordado.-Digo en voz alta.
Veo a mi profesor de Matemáticas pasar por mi lado con su auto y mirándome raro al verme hablando sola. Pongo mi mejor sonrisa y lo saludo.
Cojo las llaves de debajo del felpudo y entro. Antes de cerrar la puerta me parecer ver una sombra entre mis arbustos, pero la ignoro y entro igualmente.
Me preparo algo de comer y me lo como mientras reviso mis mensajes. Al terminar subo a mi habitación donde me pongo esto:
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Cuando termino de cambiarme, bajo las escaleras conectando mis audífonos con mi canción favorita Fallen Angels de Black Veil Brides. (Multimedia)
Al cabo de 30 minutos llego a la pista de skate donde encuentro a mis colegas y me pongo a patinar con ellos, sobre todo con Aaron, mi mejor amigo aquí.
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Al rato llega un chico que no esperaba ver aquí, es el mismo pijo de esta mañana. Se acerca a nuestro grupo y pensando que iba a dirigirse a mí por lo de hace un rato, me quedo sorprendida al escuchar:
