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Querida Hija:

Querida hija:

Ahora tú eres la única hija en este hogar, pero si en el futuro tu padre y yo tuviéramos otro bebé, esta carta también es para él. Es cierto que sabemos el día en que nacemos mas desconocemos el día en que moriremos. El día en que partiremos de este mundo a ocupar nuestro lugar en la eternidad, dejando atrás nuestros seres más queridos.
La vida es un don de Dios, para algunos es muy corta y para otros injustamente larga. Pero en cualquiera de los casos, la vida es una sola y si se vive con moderación y sentido común una sola es suficiente.
Mi vida no era vida hasta que tu padre llegó a mí y con tu llegada, le pusiste el toque final a mi felicidad. Te amé desde antes que estuvieras en mi vientre y te prometí amarte, cuidarte y protegerte todos los días, hasta que haya en mí un último aliento de vida.
Pero si por causa del destino, por coincidencias de la vida, por un accidente automovilístico, por una terrible enfermedad, por un ataque al corazón, porque hasta ahí llegó mi tiempo o simplemente porque Dios así lo permitió, quiero que recuerdes que siempre te amaré. Te amo en esta vida y te amaré en la que siga. Donde quiera que mi espíritu vaya a descansar, desde allí estaré pensando en ti.
Pero en mi ausencia no trates de honrar a tu madre tatuando su nombre en tu piel o guardando parte de sus cenizas en un lugar especial. Honra su memoria siendo una niña obediente, que ama a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo. Ama y respeta a tu padre y cuando llegue el momento de elegir compañero, ojala tenga cualidades parecidas a las de tu padre.
Cuando te conviertas en adulto, ama a tus hijos como tus padres te han amado. Enséñales el buen camino de la vida, como está escrito: "instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se aparta de él".
Cuando cayeres postrado levántate y continúa.
Cuando te sientas sola habla con Dios. Cuando te sientas triste llora, las lágrimas limpiarán tu alma.
Cuando no veas la salida a un problema espera, no te desesperes; la salida vendrá. Cuando ofendas a alguien hazlo conscientemente para que la disculpa tenga significado. Cuando luches por algo y no lo logres inténtalo otra vez. Inténtalo tantas veces sea necesario y si no lo logras enfoca tu energía en otra cosa.
Cuando llegues a la cima no mires a los demás con desprecio como si fueran simples perdedores, recuerda que un día tú también estuviste en su lugar.
Al actuar, hazlo con determinación y seguridad y no cometas el mismo error más de una vez. Recuerda: "en un juego de ajedrez, no gana el que más conocimiento tenga, sino el que menos errores cometa". Así es la vida.
Siempre aspira a grandes metas, no te conformes con ser normal. El movimiento constante y estable del mundo se debe al ciudadano promedio, pero la transformación y el cambio en la historia se debe a los soñadores. A los que creyeron que sus metas se harían realidad aun cuando todo parecía lo contrario.
Aprende estos conceptos y practícalos. Enséñaselos a tus hijos y a los hijos de tus hijos hasta la última generación. Y cuando los años te hayan alcanzado, cuando tu pelo se haya vuelto blanco, cuando en las primaveras recuerdes los días de tu juventud, cuando te sientas sólo porque tus hijos hayan volado del nido, cuando llores de impotencia porque ya no eres el mismo, cuando te resulte cuesta arriba articular palabras, cuando ya no te valgas por ti mismo, cuando cierres los ojos y no puedas volver a abrirlos, cuando tu corazón deje de latir para siempre, yo estaré del otro lado para recibirte, para entregarte las ropas de la eternidad y mostrarte el camino, para conversar como antes lo hacíamos, para abrazarte, besarte y amarte como desde la primera vez.

Te amo con todo mi corazón.
Tu Madre.