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Una chica nueva llegó a la escuela, me pareció muy buena persona, así que me acerque a ella, ya que yo tampoco tenía amigos y la hable.                                                                                                                    -hola- Le dije mientras me acercaba a ella                                                                                                                -hola- me respondió con una sonrisa muy iluminada 


Su voz era muy bonita, al igual que su rostro. Era pálida con las mejillas coloradas, tal vez por los nervios, era alta, con el cabello como el oro, rubio completamente, tenia unos ojos grises muy lindos.
-Mucho gusto, me llamo Estefany- Le dije estrechando la mano
-El gusto es mio, soy Brenda- Me tomó la mano.
-Me gusta tu nombre
-Gracias linda- volvió a sonreír 

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Con el paso de los días nos fuimos llevando cada vez más, nos contábamos todo, bueno supongo que ella lo hacia, por que yo no, yo deje de confiar en las personas después de lo que América me hizo el año pasado.

Sé que no es muy bonito ser rencorosa, pero la verdad prefiero ser reservada en lugar de estar contando mi vida fuera de la escuela, no me gustaría que luego comiencen a hacer chismes, o peor aún que se burlen de mi.

América fue una de mis mejores amigas en segundo de secundaria, o bueno, eso pensé. Esta niña comenzó a hablar pestes de mi, les hizo creer a los demás compañeros que yo era una cualquiera,  les sacaba fotos a los varones de ellos desnudos, para luego decir que enviaría unas mías, lo cual no hacia, enviaba fotos de ella y todos creían que era yo. segundo de secundaria fue muy difícil para mi.

Al final,  todos me decían vulgaridades y yo no sabía porque, hasta que Melchor me contó que ella le había pedido fotos a cambio de las mías, al principio no le creí, pero luego me lo dijo Oswaldo también y no me quedó de otra, mas que preguntarle que pasaba. La muy hipócrita me dijo que sí lo había estado haciendo, pero que no eran fotos mías, que eran las de ella. Pero no se daba cuenta que la agredida y perjudicada era yo.

Entonces desde ese momento, pedí mi cambio de salón, no podía seguir con tanta agresión, mi mamá se enteró, pero no hizo más que darme de baja e inscribirme en otra escuela. Una de gobierno.

-Buscando La Salida-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora