Hace algún tiempo ya que mis deseos de ser persona desaparecieron. Posiblemente sea por todo lo que he vivido hasta ahora. ¿Desde cuando esto se tornó en necesidad?
Caminé hasta el estante que había en la tienda en la que atendía. Vacío. Tan vacío como mi necesidad de obtener alguno de los objetos que allí permanecían en las tardes de invierno.
Cuando cayó el verano todo desapareció, se fue, con la necesidad de la gente de sentirse a la moda.
¿Qué pasa cuando no quieres a la moda ni al sistema?
¿Creas otro sistema?
- ¡Hola!
Una vocecita atravesó mi jornada y me saludó desde el otro lado del mostrador.
- Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarte? - Sonreí amargamente, como con la necesidad de atender y nada mas.
- Si, por favor. Necesito algo de la colección anterior. Era como con cuadros púrpura.
- Un momento por favor
¿Qué? una persona que no necesita actualidad para vivir?
Fui hasta la bodega y busqué, sabía de esa pieza pues la disfrutaba. Me gustaba aquella leñadora.
La desempolvé, y la subí. La había escondido especialmente para alguien que disfrutara del buen estilo fuera de la moda. De alguien que de seguro, con este gusto, tendría también la necesidad de huir de lo cuadriculado de la vida, y dejarlo plasmado en este trozo de tela.
-¿Quiere decir esta? - Se la entregué.
La olió, y sentí como el polvo y el hedor de la bodega entraba a través de su orificio nasal.
Hizo mala cara, pero a la vez lo disfrutó.
- Si, ¡es perfecta!
En ese momento había decidido. Le iba a plantar cara al destino, y esta tarde haría que todo pareciera distinto el resto de mi vida.
Pero no, decidí aprovechar el momentito que me diera la vida, y simplemente vería su felicidad y la conservaría en mi, el resto del tiempo.
- Señorita, esa leñadora es de hace 3 colecciones. La tenía guardada para alguien que la disfrutara.
- Oh, vaya. Creo que es mi día de suerte. Esperaba encontrarla, pues desde que usted está en el mostrador hace 3 colecciones (Aproximadamente 6 meses), le contemplé. A la camisa, claro está. - Tomó un respiro y completó - Y a usted también, a quién engaño.
La sinceridad de aquella chica de tersa piel y finos cabellos color castaño oscuro me golpeó la cara como un tren bala.
-¿Perdón?
-Que me la llevo, por favor.
Ocultó sus intenciones conforme descubrió mi sorpresa. Pero esto me dejó vivo como recién nacido. Recibí el dinero y le entregué el recibo, me despedí muy alegre. La chica de algún modo se las ingenió para colar entre el dinero su número telefónico.
Nunca creí que esperar el momento justo para decir las cosas ayudaría tanto a que el ambiente y la vida misma fluyeran.
No se qué me depara con ella, pero se que será maravilloso.
No creas el sistema, lo cambias a tu modo.
"Cuando tu felicidad dependa de alguien mas, no trates de adueñarte de toda en una sola tajada, espera a que la vida te la de despacio, para que no seas egoísta y acaparador y puedas hacer que el otro también disfrute de una alegría. Quien espera, obtiene las mejores cosas de la vida."
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Pergaminos de sanación
Short StoryConjunto de escritos para alegrar una tarde, o aprender de lo pequeño. Escritos varios.