Capitulo 9

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El anuncio de neón que parpadeaba al lado de la carretera llamó la atención de Dick: MOTEL AVALON. Era un deteriorado edificio de madera de un solo piso, y sólo había otro auto estacionado enfrente. Eso era precisamente lo que necesitaba.
Se miró en el espejo retrovisor. Tenía el ojo derecho prácticamente cerrado y sangre en el suéter. Se quitó esa prenda y dejo al descubierto una camiseta negra; luego se limpió la sangre seca del rostro, se arregló un poco el cabello y se puso lentes oscuros. Con la navaja en la mano caminó hasta la diminuta recepción.

- Hola- dijo el viejo que estaba detrás del mostrador, apenas apartando la mirada del televisor-. Cuesta veintinueve; cierra a las once.

- Está bien- Dick le entregó el dinero.
El viejo tomó la llave de un tablero que tenía detrás.

- La veintitrés a la derecha.

Dick se estacionó en el lugar que estaba frente a la habitación veintitrés y abrió la endeble puerta. La delgada alfombra café tenía varias manchas y el cuarto olía a viejo y a desodorante ambiental barato. No se parecía en nada al Biltmore. Arrojó las llaves sobre la cama, se quitó el resto de la ropa y se metió en la ducha. Sentía que el agua caliente caía como alfileres en el ojo herido, pero el casi no lo notaba. Pensaba en Chenault, que estaba encerrada en la caja.
La furia le aceleró el pulso. Debió haberla matado en ese mismo momento, pero no pudo. Necesitaba torturarla; quería venganza. Ya había tomado su cuerpo, cinco veces sin parar, había hecho todo lo que había fantaseado con hacerle de la manera mas sucia: con ella atada, golpeándola y abriendola en totalidad. Lloriqueó enloquecido. Además, la amaba con locura.
Después de un rato salió de la ducha, volvió a vestirse y fue a buscar una tienda de licores. Media hora mas tarde estaba costado en la cama y bebía Jim Beam directamente de la botella. Tenía el televisor encendido, pero no lo veía. Miró la hora. Chenault llevaba encerrada en la caja casi cinco horas. Tomó otro trago de whisky.
Esperaba que ella estuviera disfrutando.

CHENAULT NO TENÍA LUZ, ni ruido, ni espacio para moverse. La clautrofobia le hizo sentir una opresión en el pecho; la garganta se le había cerrado por el miedo, y tenía el pelo empapado en sudor.
Se movió un poco y la cuerda se le enterró con crueldad en los tobillos. Estaba en posición fetal, con las rodillas bajo la barbilla, la cabeza inclinada y los brazos torcidos, atados a la espalda. El dolor que sentía en los hombros era en verdad terrible, al igual que en las caderas y su interior, pero al menos evitaba que se desmayara. Necesitaba continuar despierta, permanecer alerta, si quería seguir viva.
La fuerte imagen de Matt floto frente a ella. Anhelar su presencia la hacía sentir débil: su tibieza, la seguridad de aquellos brazos, la suavidad de aquellos labios y la manera en que le había demostrado sincero afecto en la cama. Era seguro que el estaría buscándola; pero, ¿Cómo podría hallarla en ese lugar olvidado de Dios? Nadie podría encontrarla. Era lo mismo que estar muerta.

EN EL SANATORIO Hudson, Morrow Hall no se sorprendió al recibir la llamada referente a Dick Rivers; en cierta forma casi había estado esperándola desde que vio al hombre marcharse. Sin embargo, todo lo que escuchó lo dejó pasmado.

- No sabía de la muerte de la señora Ehrenstrom- le dijo a Matt-, pero no tengo duda que haya sido el.

- Qué hay entre Rivers y los Ehrenstrom?

- Déjeme ver... Esto pasó hace doce años- Hall revisó algunos papeles-. Oh! Ya recuerdo. Dick es hijo de Neyla y Michael Rivers. Luego, Michael se casó con Renee Ehrenstrom.

Matt estaba conmocionado.

- Nate y él son medios hermanos...

- Así es- continuó Hall-. Tengo toda la historia, fué a Journey's End a reclamar la herencia, pero no había nada para él. Todo era de Renee y lo gastó con su esposo y su hija. No tenían nada. Dick se volvió loco e intentó matar a Lottie, pero su nieta, Chenault, estaba ahí- Matt ya conocía esa histora, pero siguió escuchando-. Los gritos alertaron a los sirvientes. Lottie no presentó cargos contra Dick. Era medio hermano de Chenault, no lo dejaría manchar el apellido, así que lo encerró. Es un psicópata, y es totalmente capaz de cometer los crímenes que me describieron.

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