Un año sombrío

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Sábado, 15 de agosto de 2015

Querida princesa de mi corazón,

Esta vez te escribo para decirte que no puedo más, que vuelvas, que no aguanto esta mierda de mundo. Todos se empeñan en decirme que la vida sigue, sabiendo que la respuesta es siempre la misma: sé que existe la vida sin ti, pero me niego a vivirla porqué es más fría que el hielo. Mi vida ya no sigue, los días solo pasan, y cada día es igual de sombrío que el anterior. Sí, sé que para ti todo es soleado y que eres feliz. Pero por muy egoísta que parezca, te necesito.

He intentado sustituirte, ayer hasta besé a un chico, trato de sobrevivir, pero nada se asemeja al mundo que tú me creaste para arrebatarlo de mis manos después.

Estábamos de fiesta, quería celebrar a solas algo que era cosa de dos, pero que sabía que tú no estarías dispuesta a compartir conmigo. Y es que, ayer habríamos hecho un año, y los recuerdos que invaden mi mente cortan como navajas. Creerás que igual no debería pensar en ti, pero es imposible olvidar tu forma de sonreír, esa que te hacía tan especial.

Volví a llorar, tanto que ya se ha convertido en costumbre, pero la buena noticia es que he descubierto a que se debía el dolor en el pecho: tengo tu nombre tatuado en el corazón y duele cada vez que respiro, nunca acaba de cicatrizar.

Por más que le eché alcohol, la herida se hace más grande y las penas han aprendido a nadar. Es en estos momentos en los que volvería a ser una niña, una herida en la rodilla curaba más rápido que un corazón roto.

Te ama,
Kora

Cartas Que Nunca LeerásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora