Nueva Orleans, Louisiana.
100 años atrás.
Los ladridos de Azazel y Apolión me alertaron esa noche.
Aún no amanecía en este lado del mundo, podía oír como soplaba el viento y como este hacia que mi ventana se golpeará una y otra vez contra la pared, mientras la lluvia sonaba cada vez más fuerte. Abrí mis ojos de golpe e inconscientemente me puse de pie para salir corriendo en dirección a la calle.
- ¡Lil, no! – Escuché decir a mi madre.- No vayas.
- No dejaré que se los lleve. – Aseguré.-
Me apresuré hasta la calle, pero ni mi madre o mis hermanos me siguieron, solo estaba yo con mis pantalones de pijama y mi polera desteñida de Black Sabbath que usaba para dormir. La lluvia me empapó de inmediato y el frio viento me puso piel de gallina.
- Lilith. – dijo él con su voz gruesa. – Ve adentro.
- No dejaré que te los lleves. – Aseguré, pero el volvió a repetir lo mismo.- Azazel y Apolión, son míos.
- - No, son sujetos de prueba. – Explicó.- Creo haberme explicado muy bien en el momento que tu hermano y tú comenzaron a hacerse cargo de ellos. – dijo con frialdad.
- No dejar...--
- Lilith, sabes muy bien que no puedes quedarte con ellos. – Explicó.- Silas ya los ha entregado a la---
- ¡Y están muertos! Los perros de mi hermano están muertos. – Espeté.- No dejaré que los míos pasen por lo mismo.
- Basta de tonterías. – Dijo con molestia.- Si quieres ser un buen soldado, debes saber que no siempre se obtiene lo que quiere.
- No quiero ser un soldado, quiero ser una líder. – Corregí y él me miró con la mandíbula apretada.- Y un líder sabe cuando algo no es necesario. Y esto... - Apunté a los dos hombres que apresaban en jaulas a mis bebes.- No.es.necesario
- Lilith, una catástrofe se aproxima y lo sabes. – Su mirada era penetrante y en el fondo sabía que probablemente esta sería una de las historias donde mi padre ganaría. – Estos perros pueden ser nuestra salvación.
- Después de todo lo que hemos pasado... Silas y yo. – Comencé a decir. – Nos arrebatas lo único con lo que de verdad hemos conectado.
Mi padre se quedó pensativo por un momento, quizás se daba cuenta que yo era igual de terca que él y que jamás cedería, a no ser que me asegurara que mi Rottweiler Apolión y mi Siberiano de color negro llamado Azazel... No morirían.
- Lo que pasó con Destructor y Metatron fue una tragedia. – Mencionó la muerte de los perros de mi mellizo con pesar.- Pero ahora hemos mejorado la dosis. – Lo miré incrédula.- Lilith, los tuyos serán inmortales, serán tuyos para siempre.
Mi padre, Raphael. Se llevó a mis perros justo antes de que el apocalipsis de los cuatro elementos golpeara a la humanidad...
Todo comenzó con un par de noticias raras en la televisión, culparon al calentamiento global, al presidente, a los fanáticos religiosos, a todos los humanos por la extinción de las abejas... Y en el momento en que eso sucedió, sabíamos que era el final. Sin abejas, sin polinización, sin plantas, sin herbívoros, sin carnívoros, sin humanos.
El 2018 fue el clímax de todo. Terremotos, tsunamis, incendios forestales, escasez de agua... Todo daba a entender que era el fin del mundo, lo cual creo un caos total. Las guerras dejaron de ser una noticia en el televisor de algo que sucedía al otro lado del mundo, ahora todos estaban en guerra. Una guerra por sobrevivir. Gobierno contra gobierno, país contra país, hermano contra hermano.
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INFERNUM (#2 La legión de los infectados)
Science FictionYa disponible la segunda entrega de la saga "La legión de los infectados" Sigue a los jinetes en esta historia llena de aventura y misterio. Con más sarcasmo, más sangre y más arrogancia que nunca. Ya reunidos, los tres jinetes que se encontraban e...